"Nadie ha sido cesado por incompetencia en las cúpulas de poder en
Bruselas, Francfort, Berlin. Tampoco, que sepa yo, se le ha ocurrido a
un ministro o alto funcionario pedir disculpas.
Pero queda cada vez más
claro ya que se ha cometido un error de consecuencias desastrosas para
los ciudadanos europeos en la respuesta a la crisis en Europa. Se
calculó hace tres años que los ajustes fiscales permitirían reducir los
abultados niveles de deuda publica y restaurarían la confianza de los
mercados.
Ahora crece el consenso de que el resultado es justo el
contrario.. Los ajustes están provocando un aumento del volumen de deuda
publica (y privada) como porcentaje del PIB debido a su impacto sobre
la actividad económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció el mes pasado en Tokio en un anexo técnico de su informe de expectativas que el impacto de los ajustes sobre el crecimiento europeo –y por tanto de los ingresos tributarios y el coste de prestaciones sociales- podría ser tres veces mayor de lo que se había pensado al diseñar los ajustes.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció el mes pasado en Tokio en un anexo técnico de su informe de expectativas que el impacto de los ajustes sobre el crecimiento europeo –y por tanto de los ingresos tributarios y el coste de prestaciones sociales- podría ser tres veces mayor de lo que se había pensado al diseñar los ajustes.
Ahora uno de los institutos de análisis más
importantes del Europa, el National Institute of Economic and Social
Research (NIESR) en Londres, da un paso más allá tras analizar los
ajustes y los llamados multiplicadores fiscales en todos los países
europeos.
Según el NIESR, los ajustes no solo han causado enormes daños a los tejidos sociales de algunos países europeos, disparando el paro, dejando a familias enteras en la calle, condenando a niños al bajo rendimiento escolar y, más adelante, a una mayor marginación social debido al aumento drástico de la pobreza infantil y la desigualdad.
Según el NIESR, los ajustes no solo han causado enormes daños a los tejidos sociales de algunos países europeos, disparando el paro, dejando a familias enteras en la calle, condenando a niños al bajo rendimiento escolar y, más adelante, a una mayor marginación social debido al aumento drástico de la pobreza infantil y la desigualdad.
No solo han causado esto sino también han sido “contraproducentes” en
lo que se refiere a su objetivo de reducir la deuda, advierte un nuevo
informe del instituto londinense: “Según nuestra investigación, la
consolidación fiscal coordinada no solo ha tenido un impacto más fuerte
sobre el crecimiento de lo que se esperaba sino también ha aumentado, en
vez de bajar, las ratios de deuda frente al PIB”, afirma el instituto.
“Con los planes de consolidación fiscal ya en marcha, las ratios de
deuda serán mayores en el 2013 en la UE en lugar de más bajos”. Conviene
leer esto otra vez. “Con los planes de consolidación fiscal ya en
marcha, las ratios de deuda serán mayores en el 2013 en la UE en lugar
de más bajos”.
O lo que viene a ser lo mismo: “En caso de que no se
hubieran adoptado estas políticas, los niveles de deuda respecto al PIB
serían menores”, según sentencia el informe. Léalo otra vez por si el
grado de locura de lo ocurrido no se ha asimilado: “En caso de que no
se hubieran adoptado estas políticas, los niveles de deuda respecto al
PIB serian menores”.
En otras palabras, el dolor que están sufriendo muchos habitantes de la periferia europea, quizás usted, no ha servido para nada. De hecho, ha sido un dolor contraproducente que no forma parte de un proceso de recuperación sino que, -como de hecho ocurre en muchas enfermedades fisiológicas-, el sufrimiento está agravando la condición subyacente.
En el caso de España, el NIESR calcula que la deuda pública como porcentaje del PIB al final del año próximo será cinco puntos porcentuales mayores de lo que habría sido sin haberse adoptado los ajustes. En el caso de Grecia, el error es un auténtico catástrofe: la deuda se sitúa 30 puntos porcentuales del PIB por encima de donde se situaría sin haberse adoptado los ajustes.
Los resultados del análisis del equipo de economistas del NIESR demuestran cuantitavamente hasta qué punto las políticas llevadas a cabo en Europa han tenido consecuencias diametralmente opuestas a las deseadas.
En otras palabras, el dolor que están sufriendo muchos habitantes de la periferia europea, quizás usted, no ha servido para nada. De hecho, ha sido un dolor contraproducente que no forma parte de un proceso de recuperación sino que, -como de hecho ocurre en muchas enfermedades fisiológicas-, el sufrimiento está agravando la condición subyacente.
En el caso de España, el NIESR calcula que la deuda pública como porcentaje del PIB al final del año próximo será cinco puntos porcentuales mayores de lo que habría sido sin haberse adoptado los ajustes. En el caso de Grecia, el error es un auténtico catástrofe: la deuda se sitúa 30 puntos porcentuales del PIB por encima de donde se situaría sin haberse adoptado los ajustes.
Los resultados del análisis del equipo de economistas del NIESR demuestran cuantitavamente hasta qué punto las políticas llevadas a cabo en Europa han tenido consecuencias diametralmente opuestas a las deseadas.
Este
“resultado perverso” es una consecuencia de la “contracción brusca” del
PIB provocado por la austeridad. Al intentar realizar ajustes
simultáneamente en diversos países el impacto negativo sobre la
actividad económica europea es aun mayor.
Hablé el viernes con Jonathan Portes, el director del NIERS y autor del
informe junto con Dawn Holland. Portes calificó las políticas de
austeridad en la UE como “un terrible error”. No solo son responsables
los eurocratas en Bruselas y Francfort o los ortodoxos empecinados de
Berlin sino quienes en los paises que han adoptado ajustes duros han
utilizado argumentos populistas apelando a un sentido común simplista de
“apretar el cinturón” para bajar la deuda.
El Partido Conservador
británico y el Partido Popular en España ganaron elecciones
respectivamente presentando una estrategia económica engañosa que
defendía la idea de que la austeridad pudiera ser motor del crecimiento
ya que –según se argumentaba- la retirada del estado reduciría un
problema de crowding out (exclusión) del sector privado y crearía margen
para una mayor inversión privada que compensaría el impacto sobre la
demanda de los ajustes." (Andy Robinson,La Vanguardia, Rebelión, 06/11/2012)
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