"Aquellos cuyas encuestas internas les auguran la pérdida de todo su
poder autonómico y municipal; los mismos que ansían cambiar a mitad de
partida las reglas del juego democrático para mantenerse inútilmente en
el poder; ésos cuya valoración en sus propias encuestas precocinadas
alcanzan mínimos históricos; todos éstos, pretenden ahora decidir
unilateralmente cuando los españoles debemos ser y estar felices, cuando
tenemos que abandonar el pesimismo agorero, a pesar de ver como cada
día la inmensa mayoría de nuestra ciudadanía se está empobreciendo como
nunca en nuestra corta historia democrática.
Personalmente me declaro un pesimista agorero frente a sus medias verdades y reafirmo que no hay recuperación económica en ciernes.
Pero a diferencia de sus economistas voy a razonar con los datos
disponibles, voy a utilizar mis razonamientos teóricos, basados en
aquellas hipótesis que creo que de una manera más o menos fiel reflejan
la realidad.(...)
mantengo que no existe recuperación económica en ciernes, y que estamos a las puertas de lo que en su momento denominé la Segunda Fase de la Gran Recesión. Pero vayamos por partes. (...)
En primer lugar, niego la mayor: no hay recuperación económica. Los datos del PIB de 2013-2014 publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) son preliminares y serán revisados fuertemente a la baja. Recientemente, la publicación de los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares de 2013
confirman la segunda mayor caída en el gasto de las familias desde el
inicio de la crisis, de manera que el consumo privado deberá ser
revisado a la baja.
Además los datos del sector exterior con incompatibles con los aportados por el Ministerio de Economía, de manera que en el segundo semestre de 2013 la contribución del sector exterior en realidad fue negativa.
Respecto a los datos de consumo público, cuyas cifras recogidas en la Contabilidad Nacional
de los dos últimos trimestres pasarán a las hemerotecas como claros
ejemplos de ingeniería contable, son absolutamente incoherentes con los
datos de la Intervención General del Estado. (...)
Después de más de seis años de intensa recesión, ninguna de las causas
que originaron la actual crisis sistémica, un volumen brutal de deuda y
una banca insolvente, se han solucionado. Se ha vuelto a
reactivar una dinámica de retroalimentación del proceso de endeudamiento
con nuevas burbujas financieras como único camino de superación de la
crisis.
Sin embargo, hay una notoria diferencia respecto a
2008. Mientras que en 2008 la mayoría de la deuda era privada, los
procesos de resolución de la crisis bancaria y otros procesos de
socialización de pérdidas privadas ha disparado el volumen de deuda
pública a niveles inasumibles.
La deuda total de nuestra economía,
privada y pública, no ha parado de crecer, y se aproxima a los 4,4
billones de euros, alrededor del 430% de nuestro PIB. Simple y
llanamente es impagable. (...)
Yanis Varoufakis y Stuart Holland,
ya expusieron en 2011 un programa para Europa, que abarcaba la
centralización y renegociación de la deuda, más un programa de
inversiones. Recientemente el presidente del IFO alemán, de manera sorpresiva y positiva, apuntó esta posibilidad. (...)
Como la mayor parte de activos financieros están sobrevalorados,
sobre ello ya hemos hablado largo y tendido desde estas modestas líneas,
es cuestión de tiempo esperar a que se desate la siguiente fase de
venta masiva de los mismos.
Se activará entonces la tormenta perfecta,
un ciclo perverso que se retroalimentará: crisis soberana, crisis de
balanza de pagos, crisis bancaria y deflación por deuda.
Bastará solo
con que aumente la aversión al riesgo de los mercados. Se trata de una
variable que no controla nuestro gobierno, y ninguno otro, por mucho que
traten de desvirtuar su comportamiento vía política monetaria.
He tratado de argumentar con cifras, y he expuesto las teorías en las que me baso. Lo mínimo que pido al actual ejecutivo y al Instituto Nacional de Estadística
es que expliquen las contradicciones de sus cifras, por muy
preliminares que sean, y nos detallen cómo se puede crecer de manera
sostenible con un nivel récord de deuda total, un máximo histórico en
nuestra deuda externa neta, y unos mercados fuertemente sobrevalorados. Y
por favor no me hablen del sector exterior y de sus tópicos. Léanse sus
propias cifras." (Juan Laborda, Vox Populi, 120/07/2014)
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