"(...) El inicio de la recuperación se ha ido afianzando con una economía
pública en la que han aumentado, como nunca en la historia de esta
democracia, los impuestos.
Es decir, el aumento del PIB, la mayor recaudación tributaria y la
reducción del déficit nada deben a la reducción de impuestos de la
minirreforma Montoro, porque sus efectos aún no son tangibles.
Subrayémoslo, porque muy pronto oiremos a los trompeteros neocons que la
recuperación es fruto de la rebaja de impuestos.
Atención, nada de anteojeras ideologistas. Bajar según qué impuestos y
según a quiénes puede inducir crecimiento: si se reduce la tributación a
quienes obtienen rentas inferiores (y que no pueden ahorrar), gastarán
el mayor ingreso en más consumo: aumenta la demanda y el PIB.
No es el
caso de las rentas más altas, cuyo consumo es más inelástico al ingreso
porque no depende de una rebajita. Igualmente, reducir inversión pública
productiva retrae crecimiento porque suele ser inyección en vena,
mientras que reducir gasto corriente no es tan perjudicial. De modo que
todo depende del según y del cómo y sobre qué rincones de la realidad se
opera.
Por suerte, el Banco de España ha dejado claro que el (aún frágil)
aumento del PIB registrado nada tiene que ver con ideológicas
reducciones de impuestos. Aunque deslice la patita al augurar, ay, la
sintonía gubernativa, que el crecimiento futuro será aún mayor gracias a
la reformita fiscal de Cristóbal. (...)
Sirva eso de vacuna ante la defensa numantina de la reducción
generalizada de impuestos como factor de relanzamiento de la economía y
mecanismo idóneo para acabar con el déficit. Esa idea se activó en 1974
gracias a la curva dibujada en una servilleta por el economista Arthur
Laffer, inspirador de Ronald Reagan. Al llegar a la Casa Blanca bajó los
impuestos: ¡Pero cayó la recaudación! Al final entregó a su sucesor un
déficit monumental.
Pese a esos desastres prácticos, Laffer no cejó. Un día dictaminó que
hubo “sólo uno” de los Gobiernos españoles “que lo hiciera muy bien”,
bajando impuestos como el recomendaba (El Mundo, 27 de mayo de 2013). Pues “si quitas dinero a los ricos y se lo das a los pobres, generarás muchos más pobres” (Cinco Días, 22 de julio)... como jamás nadie ha demostrado.
También ha quedado demostrado que el alza de la recaudación y el
crecimiento de esa época Aznar no se debió a las reducciones de
impuestos de 1998 y 2002. Primero, porque el crecimiento ya venía del
último año de Pedro Solbes.
Pero sobre todo porque lo que catapultó la
economía española fue la bajada de los tipos de interés (gracias al
euro), que redujo la factura de los intereses de la deuda en 3,2 puntos
del PIB (“¿Existió el milagro fiscal del Gobierno de Aznar?, J. Ignacio
Conde Ruiz, (eldiario.es, 8 de junio de 2013) y el aumento de la recaudación asociada a la enloquecida burbuja inmobiliaria, casi tres puntos más." (
Xavier Vidal-Folch
, El País, 24 JUL 2014 )
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