"(...) Europa debe buscar una voz propia, contribuir a la
búsqueda de soluciones cooperativas. Los europeos, a partir de nuestro
proyecto común, con todas sus contradicciones y profundas diferencias,
tenemos mucho que aportar sobre cómo, desde un punto de vista práctico,
podemos solucionar conflictos de intereses integrando la heterogeneidad.
Como siempre hemos defendido desde estas líneas, Europa, junto a los países BRICS, debería haber impulsado el proceso de creación de una nueva divisa de reserva mundial y un nuevo sistema monetario y financiero.
Era una prioridad estratégica. Sin ella, nada significativo y
sostenible puede hacerse ya que toda medida que se implemente se
encuentra pervertida por un patrón, el del dólar, devenido frágil,
elástico e imprevisible.
Por lo tanto, Europa debe rechazar sin paliativos la propuesta del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
Se trata de una huida hacia adelante, con la intención última de crear
una nueva divisa internacional, el eurodólar, imposible ya de
materializar.
Como segunda prioridad Europa debería haber promovido el control público parcial o completo de los principales establecimientos financieros mundiales. Y finalmente, junto a los BRICS, debería haber lanzado un vasto programa decenal de infraestructuras públicas a
escala mundial.
Por “infraestructuras” nos referimos a un conjunto de
servicios públicos como la educación, el acceso a la asistencia médica y
a los servicios esenciales (agua, electricidad, telecomunicación), así
como programas científicos emblemáticos (medicina, espacial, energía).
Todo ello garantizaría de manera eficaz y sostenible el crecimiento
mundial utilizando mejor los desequilibrios actuales en materia de
recursos financieros: los países que gozan de excedentes considerables
encuentran de esta forma un medio útil y seguro para reciclarlos. Sin
embargo, Europa parece decidida definitivamente a auto-inmolarse de la mano de los Estados Unidos. " (Juan Laborda, Vox Populi, 23/08/2014)
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