29.9.14

Hacienda constata que las donaciones al Sant Pau no se destinan al hospital. La Iglesia Católica se queda con el patrimonio y los beneficios

"Ha sido una de las quejas más recurrentes de los trabajadores del hospital de Sant Pau en los últimos años y, pese a haber sido negada por la dirección repetidamente, ahora la Agencia Tributaria les ha dado la razón.

 Un informe de la Agencias Tributaria —que ayer adelantó EL PAÍS y que revela la existencia de costes hinchados un 3,8% en las obras del nuevo hospital— constata que Sant Pau no destina a la actividad asistencial los ingresos obtenidos por el ingente patrimonio que atesora.

 Estos bienes incluyen el edificio del nuevo hospital, los pabellones del recinto histórico y un millar de propiedades —viviendas, edificios, garajes, naves industriales y fincas rústicas repartidas por todo Cataluña— recibidas por la institución a lo largo de sus cinco siglos de historia como donaciones. El objetivo de estos legados, que aportan cinco millones al año en rentas, ha sido precisamente financiar la labor asistencial del hospital.

Los inspectores han analizado, por encargo del Juzgado de Instrucción 22 de Barcelona, las cuentas de la Fundación Privada Sant Pau entre los años 2009 y 2012. En las conclusiones de su informe destacan que “se puede concluir que no se aprecia que entre los destinos de los cobros de los alquileres esté la Fundación Gestión Sanitaria”. (...)

“El hospital ha tenido que cerrar camas, alargar sus listas de espera y recortar las condiciones laborales de los trabajadores sin que los ingresos obtenidos por las donaciones se dediquen a los fines para los cuales fueron entregados a Sant Pau”, denunciaron hace dos años los trabajadores.

 En palabras de los inspectores, “existe una tendencia a que los fondos obtenidos de los alquileres se remansen en la Fundación Privada” lo que le permite tener “un resultado contable positivo”. La situación se hizo aún más acuciante en marzo de 2012, cuando la Fundación de Gestión tuvo que ser intervenida por su mala situación económica, agravada por los recortes aplicados por la Generalitat.

Los trabajadores denunciaron entonces que con ello “son los presupuestos públicos, todos los contribuyentes, los que financian el agujero del hospital mientras la Iglesia se queda con el patrimonio y sus beneficios”.  (...)"           ( , El País, Barcelona 26 SEP 2014)

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