"La despenalización del consumo y posesión de drogas, ante el fracaso
de las medidas prohibitivas y punitivas, y una regulación responsable de
las sustancias psicoactivas son las principales recomendaciones del
atrevido informe que este martes hará público en Nueva York la Comisión Global de Políticas sobre Drogas, de la que forman parte el exsecretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan,
un grupo de expresidentes de Gobierno de todo el mundo y personalidades
de prestigio internacional.
El informe enfatiza en la necesidad de que
la sesión especial sobre drogas de Naciones Unidas de 2016 suponga un
cambio radical en la manera en que se aborda esta cuestión en todo el
mundo.
“Es necesario un régimen de control de drogas mundial, nuevo y
mejorado, que proteja la salud y la seguridad de las personas. Las
medidas basadas en ideologías represivas deben ser sustituidas por
políticas más humanas y eficaces a partir de evidencias científicas,
principios de salud pública y respecto a los derechos humanos.
Esta es
la única manera de reducir la muertes por drogas, las enfermedades, el
sufrimiento, la violencia, el crimen, la corrupción y los mercados
ilegales, producto de políticas ineficaces y prohibitivas. (...)
La Comisión Global es consciente de que sus propuestas son polémicas y
generarán rechazo, pero insta a los Gobiernos a poner fin a la
criminalización de los consumidores y a regular los mercados de la droga
para impedir el brutal enriquecimiento de quienes trafican con
sustancias estupefacientes.
Asimismo, alerta contra las burocracias que
defienden las políticas inmovilistas, el sensacionalismo de determinados
medios y las trampas que encierran conceptos que considera superados
como “tolerancia cero” o “sociedad libre de drogas”.
“La buena noticia es que el cambio está en el aire. La retórica
anticuada y las metas poco realistas de la sesión especial de la ONU de
1998 es poco probable que se repita en 2016”, añade el grupo de
exmandatarios. En aquella ocasión, los conceptos que se manejaron, y que
se han demostrado inútiles, fueron un mundo libre de drogas y la guerra
contra los carteles de narcotraficantes.
La Comisión hace varias recomendaciones fundamentales: reorientar las
políticas sobre drogas, entendiendo la cuestión como un problema de
salud pública, y asumir el fracaso de las medidas represivas; garantizar
un acceso universal a las medicinas esenciales, en particular a los
opiáceos contra el dolor (el 8% de la población mundial sufre sin poder
disponer de fármacos que les alivien); eliminar la criminalización del
consumo y posesión de drogas y poner fin a los tratamientos de
desintoxicación obligatorios; buscar alternativas al encarcelamiento
para aquellos que participen en menor escala en el tráfico drogas, como
productores, correos y otras personas involucradas en la producción,
transporte y venta de las sustancias; trabajar para reducir el poder de
las organizaciones criminales, así como la violencia e inseguridad que
se deriva de la lucha contra ellas; apoyar y promover las diversas
experiencias sobre regulación legal del consumo de drogas, empezando por
el cannabis, la hoja de coca y ciertas sustancias psicoactivas nuevas.
“Hay que cambiar de rumbo”, afirma Kofi Annan. “Necesitamos políticas
que funcionen basadas en datos científicos en lugar de medidas
criminalizadoras que nos han llevado a cárceles superpobladas y a graves
problemas de salud pública”, añade.
El informe será presentado este martes en la sede del Museo de Arte
Moderno de Nueva York (MoMA) por Fernando Henrique Cardoso, expresidente
de Brasil; Ernesto Zedillo, de México; César Gaviria, de Colombia; (...)
Son también miembros de la comisión Aleksander Kwasniewski,
expresidente de Polonia; Ricardo Lagos, de Chile; George P. Shultz,
exsecretario de Estado de Estados Unidos; Mario Vargas Llosa, escritor y
Premio Nobel, y Javier Solana, ex Alto Representante de la Unión
Europea. Tras la presentación, los comisionados se reunirán con el
secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, y con su adjunto, el sueco Jan Eliasson.
Cardoso considera que “debemos empezar a tratar la adicción a las
drogas como un problema de salud pública en lugar de como un crimen, e
intentar reducir su demanda con programas educativos”. El expresidente
de Brasil es partidario de “apoyar a los países que de forma responsable
están probando fórmulas de regulación para reducir el poder del crimen
organizado, que anida en el tráfico ilegal de sustancias”.
Las propuestas de despenalización son una continuación de los
innovadores planteamientos de la comisión en su primer informe de 2011,
en el que ya planteaban la necesidad de “romper tabúes” tras constatar
el fracaso absoluto de la guerra contra las drogas emprendida por
algunos Estados.
Frente a las críticas contra los comisionados en el
sentido de que su condición de exmandatarios sin responsabilidades de
Gobierno les permitía arriesgar sin asumir las consecuencias, fueron
varios los jefes de Estado y de Gobierno en ejercicio que les apoyaron.
Es el caso de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, un país
particularmente afectado por la cuestión; Otto Pérez Molina, presidente
de Guatemala, y su homólogo en Uruguay, José Mújica, así como el
expresidente mexicano Felipe Calderón.
Los resultados no se hicieron esperar. En la Cumbre de las Américas
de 2012, las políticas sobre drogas fueron un tema de discusión por
primera vez. En mayo de 2013, la Organización de Estados Americanos
elaboró un informe que incluía la legalización de las drogas como un
alternativa debatible. Finalmente, y como gran paso en este sentido, Uruguay
se convirtió, el pasado mes de diciembre, en el primer país en
legalizar la producción, distribución y venta de marihuana.
“A medida que los Gobiernos europeos comprobaron los daños causados
por políticas represivas, adoptaron estrategias innovadoras como el
intercambio de jeringuillas, las terapias de sustitución, la
prescripción de heroína o las salas de consumo, así como la
despenalización de la posesión y uso personal.
La regulación de toda la
cadena, desde la producción hasta la venta al por menor de medicamentos,
permite no sólo desmontar las organizaciones criminales, sino también
proteger la vida y la salud de las personas”, destaca la expresidenta
suiza, Ruth Dreifuss.
Por su parte, Ernesto Zedillo opina que las aproximaciones basadas en
la salud se demuestran menos costosas y más eficaces que la
criminalización y el encarcelamiento. “La despenalización del consumo de
drogas es crucial, pero no suficiente. Son necesarias reformas globales
que regulen el suministro de drogas con criterios médicos rigurosos”,
señala.
“No podemos continuar pensando que la guerra contra las drogas
funciona. Necesitamos que nuestros líderes busquen alternativas, basadas
en hechos constatables. Se puede aprender mucho de los éxitos y
fracasos de la regulación del alcohol, el tabaco o los medicamentos.
El
riesgo asociado al consumo de drogas aumenta cuando se producen, venden y
consumen en un entorno criminal. El camino más efectivo en busca de la
salud pública es poner las drogas bajo el control de una regulación
responsable”, opina el magnate Richard Branson." (
Vicente Jiménez
, El País, Nueva York
9 SEP 2014)
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