26.10.14

Auditoría y reestructuración de la deuda: la propuesta de Podemos

"Una de las principales restricciones para la aplicación de un programa de recuperación económica y transición hacia un nuevo modelo productivo y distributivo deriva de los elevados niveles de endeudamiento, tanto privado como público, de la economía española. (...)

Es por ello que se impone, como condición necesaria e ineludible para la aplicación de este programa económico, afrontar la problemática de la deuda desde una doble perspectiva.

Por un lado, es necesario realizar un análisis del proceso de endeudamiento público y privado y de sus consecuencias desde criterios sociales y no exclusivamente económicos. Para ello hay que llevar a cabo una auditoría desarrollada por expertos independientes bajo control social efectivo. (...)

Por otro lado, es necesario iniciar una estrategia para la reestructuración ordenada de la deuda, tanto pública como privada. Para que logre los mejores resultados posibles conviene que dicha reestructuración trascienda el ámbito estatal para acometerse de forma coordinada, al menos, entre las economías periféricas europeas. (...)

Veamos sintéticamente ambos instrumentos de intervención de forma diferenciada.

¿Qué debería promover Podemos en materia de auditoría y por qué? (...)

La finalidad de la auditoría es ir más allá de lo fiscalizado por las instituciones públicas a las que corresponde tal labor y que, a tal efecto, se limitan a controlar y certificar la legalidad de los procedimientos. Su objetivo último es conocer y difundir cuál es la magnitud, las condiciones, el objeto y las responsabilidades del endeudamiento que se ha producido en la sociedad.
 Como resultado de ese proceso, la ciudadanía podrá discernir adecuadamente qué deudas pueden considerarse ilegítimas. Ese será el caso, por ejemplo, de la deuda pública que se demuestre que fue contraída en contra del interés general porque los recursos financieros que se obtuvieron se dedicaron a salvaguardar los privilegios de los grupos de poder, en lugar de destinarse a la satisfacción y protección de los derechos básicos reconocidos en la Constitución. (...)

¿Qué debería promover Podemos en materia de reestructuración de deuda y por qué?

(...) es necesario vencer el discurso de que no queremos pagar las deudas, demostrando que no es una cuestión de voluntad, ni tan siquiera de equidad social (aunque también), sino que se trata en primer término de una cuestión de eficiencia económica y de necesidad: en el marco del euro, la economía española no puede retornar a una senda de estabilidad y crecimiento –al tiempo que intenta transformar su modelo productivo– si no acomete un proceso ordenado de reestructuración de la deuda pública que permita liberar para tales fines los recursos que ahora son transferidos desde los Presupuestos Generales del Estado –esto es, desde nuestros impuestos– a los tenedores de deuda -es decir, a las instituciones bancarias y financieras, principalmente-.
 Hasta que esta dinámica no se interrumpa, la deuda pública seguirá aumentando o, en su defecto, deberán generarse importantes superávit fiscales primarios destinados a ir cancelándola. (...)

Para ser efectiva en términos de reactivación económica, los términos de la reestructuración deben abarcar todas las dimensiones de la deuda. Esto es: renegociación de tipos de interés y, en su caso, periodos de carencia; alargamiento de los plazos de vencimiento y amortización de la misma; y, finalmente, quitas parciales.

De modo análogo, sin un proceso de reestructuración de la deuda que tienen los actores del sector privado –aún más apalancado que el sector público– no será posible tampoco que la política económica pueda propiciar un restablecimiento significativo ni de la inversión ni del consumo. No será la recuperación económica la que facilite el desendeudamiento de empresas y hogares sino, a la inversa, la reestructuración de la deuda empresarial y, especialmente, de la hipotecaria, la vía necesaria para la recuperación de la demanda interna. 
En concreto, una reducción en el valor facial de las hipotecas de primeras viviendas en el caso de las familias que cumplan ciertos criterios sociales es un buen punto de partida para esta reestructuración.

(...) si, a pesar de la convergencia de intereses no existe una convergencia de voluntades a nivel político entre los estados periféricos, España deberá comenzar a acometer la reestructuración en solitario o en compañía de aquellos países que estén dispuestos a ello. 
En cualquier caso, el peso económico de España al interior de la Eurozona y el monto de su deuda externa viabilizan la posibilidad de liderar dicho proceso o, en caso extremo, de que sus propuestas deban ser seriamente consideradas por parte de los acreedores. (...)

El objetivo no es no pagar la deuda. El objetivo es recuperar un nivel de endeudamiento y una senda de sostenibilidad de la misma que posibilite la recuperación de los niveles de bienestar de la población, así como la transformación de un modelo productivo que, de no hacerse, condenará a la economía española a una situación de dependencia y subdesarrollo indigna de las posibilidades y potencialidades de nuestra sociedad.(...)" (Alberto Montero, 20/10/2014)

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