"(...) Philippe Legrain, uno de los asesores económicos principales del ex
presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha
asegurado que el modelo económico alemán “encaminado a empobrecer al
vecino, al mantener en un nivel bajo los salarios para subvencionar las
exportaciones, no debe servir de ejemplo para el resto de la zona euro”.
Es decir, el problema, o la distorsión en Europa se llama Alemania.
No es tanto la solución como el gran obstáculo, porque no asume tampoco
sus propias deficiencias. Una de las grandes paradojas es que su balanza
por cuenta corriente no deja de aumentar. Exporta menos, pero también
importa menos, y la diferencia es mayor. Con un superávit de 197.000
millones de euros –que sería casi el 20% del PIB español—en junio de
2014, ocurre que la inversión ha disminuido del 22,3% del PIB en 2000 al
17% en 2013.
Alemania tiene abandonadas sus infraestructuras; el
sistema educativo se resiente –según Legrain el número de nuevos
aprendices es el más bajo desde la reunificación, con menos graduados
jóvenes, el 29%, que Grecia, con el 34%, y sus mejores universidades
figuran rozando el puesto 50 entre las mejores del mundo—y la demanda
interna se desploma.
Los trabajadores alemanes ganan menos, en términos reales, que en
1999, cuando se acordó, entre los agentes sociales y económicos una
limitación de los salarios. ¿Es éste el modelo que tanto se alaba?
La gran pregunta es saber para qué quiere la canciller Angela Merkel ese enorme superávit. (...)
La paradoja es que los inversores y los bancos alemanes han
presionado para que se obligara a los países deudores a acometer todas
las reformas que fueran necesarias, con devaluaciones salariales enormes
–España ha sido obligada, porque tampoco puede salir del euro— pero,
eso sí, sin dejar de pagar los intereses de los créditos –ofrecidos en
su momento de forma alegre e irresponsable por esas mismas entidades
alemanas. Y, con las políticas actuales de Alemania, esas deudas, al
final, no se podrán pagar.
Si la demanda interna alemana se debilita aún más, el crecimiento se
acabará apagando en el resto de países, en concreto en algunos como
España. Y si ello ocurre, las entidades financieras alemanas tendrán
verdaderos problemas para recuperar los créditos que ofrecieron a la
Europa del sur. Esas deudas serán insostenibles, y plantearán la
posibilidad de quitas, algo que nadie desea.
Con nuevos competidores, como China o Turquía, ¿pueden basarse todos
los países europeos en las exportaciones, como hace Alemania? 8...)
El Gobierno alemán ha empezado a comprobar ahora que las cosas no van
bien. Que su modelo tiene grandes limitaciones. Si sus bancos desean
cobrar las deudas, si sus empresas desean incrementar las exportaciones,
si sus trabajadores esperan cobrar pensiones en el futuro, si se desea
una cohesión social aceptable en su entorno europeo, Alemania debe
cambiar." (
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