28.10.14

Estamos en un escenario de crisis prolongada, en el que presenciaremos dobles, triples y múltiples recesiones

"(...) Si fuésemos más ingenuos pensaríamos que la de los economistas es una profesión obstinada en tropezar. La realidad es que no se trata sólo de un problema de fracaso intelectual, que también. Es sobre todo una cuestión de intereses. Y la economía mainstream se ha entregado a la defensa de los de la oligarquía económica y financiera.

La política económica en curso no sólo prolonga la crisis, sino que está además profundizando los problemas que nos trajeron hasta aquí: los niveles de endeudamiento privados apenas se han reducido, mientras que la deuda pública se ha disparado en numerosas economías europeas; no sólo no avanzamos en una reducción y control del sector financiero, sino que el proceso de financiarizaciónde la actividad económica vuelve a retomar su curso; y, por último, se profundizan las desigualdades económicas y sociales (responsables del endeudamiento de muchas familias antes de la crisis, así como de la ingente acumulación de recursos que tiene lugar en los circuitos financieros).

Es comprensible por tanto que en este contexto asistamos a un escenario de crisis prolongada, en el que presenciaremos dobles, triples y múltiples recesiones, e incluso posibles episodios de inestabilidad financiera. La política económica de la Troika y del Gobierno de Rajoy fracasa hoy igual que dichas políticas fracasaron en la década de 1930. 

La historia es tozuda. Mientras no decidamos aprender del pasado, impugnar la lógica financiera dominante y cambiar el rumbo de la política económica, la crisis seguirá siendo una realidad para millones de familias en Europa, particularmente en las economías más débiles.

Reestructurar la deuda pública y privada de las economías periféricas –reduciendo su volumen–; proceder a una reforma tributaria que garantice, sobre una fuerte progresividad, la suficiencia fiscal de las administraciones públicas; impulsar una expansión significativa de los servicios públicos y de los decrépitos Estados de Bienestar de estas economías, así como de las inversiones necesarias para acometer la modernización, descarbonización y transición energética de los tejidos productivos; establecer salarios mínimos suficientes y derogar las reformas laborales legisladas en los últimos años para reforzar así la capacidad de negociación de los asalariados; estas son sólo algunas de las medidas que podrían permitir que Europa empiece a superar el escenario actual de hundimiento de la demanda y de deflación.

Algunos economistas dirán que el capitalismo contemporáneo carece de márgenes suficientes para poder articular este tipo de políticas. Sin embargo, lo que resulta evidente es que son las sociedades europeas –particularmente las periféricas, dados sus elevados niveles de desempleo y sufrimiento social– las que ya no tienen más margen de aguante. Es urgente por tanto un cambio en la política económica."              (Nacho Álvarez Peralta ,  eldiario.es , Economía crítica y crítica de la economía, 14/10/2014)

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