"Las pruebas de estrés
entregadas ayer por el Banco Central Europeo no tomaron en cuenta un
dato crucial para que sus resultados fueran creíbles: la brecha entre la
inflación proyectada por el BCE y la inflación real de la eurozona.
Como llevamos informando desde hace más de un año, Europa se enfrenta a un escenario deflacionario de desconocidas consecuencias.
Este escenario de un descenso general en los precios es el resultado de
los planes de austeridad implantados por la troika que, en la práctica,
han significado mayor desempleo y menor crecimiento, exactamente lo
contrario de los que necesita Europa.
Dado que los test de estrés no
tomaron en cuenta el adverso escenario de la deflación, estamos una vez
más ante unos pruebas a la banca que no indican nada real.
Este hecho muestra un total desfase entre lo que mira el BCE y la realidad económica europea. El escenario deflacionario se ha consolidado producto de la debilidad de la economía mundial donde el comercio internacional sufre un serio deterioro.(...)
Este hecho muestra un total desfase entre lo que mira el BCE y la realidad económica europea. El escenario deflacionario se ha consolidado producto de la debilidad de la economía mundial donde el comercio internacional sufre un serio deterioro.(...)
La deflación es una realidad en Europa y hay ceguera para reconocer que
los precios pueden caer aún más y complicar el crecimiento. Por lo
visto, el BCE no piensa en ésto y considera que la deflación no es, en
verdad, ningún problema.
Sin embargo la deflación es uno de los peores
fantasmas de la economía dado que posterga las decisiones de consumo y
también, con ello, las decisiones de inversión. Si el problema actual de
la zonaeuro pasa por la debilidad de la demanda, no considerar la
deflación demuestra que los test de estrés del BCE no tienen ninguna
consistencia." (Marco Antonio Moreno , El blog salmón, 27/10/2014)
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