"(...) La entrada en escenarios de RD ( Recesión + Deflación) de varios
países de la eurozona, la crisis de Ucrania y ciertos indicadores
macroeconómicos recientes de países como China o EEUU han alertado del
riesgo de que el estancamiento económico se adueñe de la economía
mundial en el 2015 tal como ha advertido el FMI y la Reserva Federal
(Fed) , quien ha rebajado sus previsiones de crecimiento para el 2015 en
EEUU ( horquilla del 2,6 % al 3%) y ha mantenido intacta la previsión
sobre la tasa de paro (6%).
Además, la total retirada por la Fed
en el 2015 de sus medidas de estímulo a la economía estadounidense
aunado con una posible subida de tipos de interés , hará que los
inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los
bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial, derivando en
una psicosis vendedora que provocará que el Dow Jones de Industriales
(situado por encima de la barrera ionosférica de los 17.000 puntos),
salte por los aires y termine por desencadenar el estallido de la actual
burbuja bursátil que sería hija de la euforia de Wall Street (y por
extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras las políticas
monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han inundado
los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con
la esperanza de relanzar la economía, más aún cuando las colocaciones
sin riesgo ( deuda de EEUU o de Alemania), no retribuyen nada a los
inversionistas lo que aunado con un posible repunte del precio del crudo
debido a factores geopolíticos desestabilizantes (Ucrania e Irak),
podría producir un nuevo crash bursátil en el escenario del 2015.
Dicho
estallido tendría como efectos benéficos el obligar a las compañías a
redefinir estrategias, ajustar estructuras, restaurar sus finanzas y
restablecer su crédito ante el mercado (como ocurrió en la crisis
bursátil del 2000-2002) y como daños colaterales la ruina de millones de
pequeños inversores todavía deslumbrados por las luces de la
estratosfera, la inanición financiera de las empresas y el consecuente
efecto dominó en la declaración de quiebras , frecuentes estallidos de
conflictividad laboral e incrementos de la tasa de paro hasta niveles
desconocidos desde la época de la II Guerra mundial aunado con
incrementos espectaculares del déficit Público y de la Deuda Externa. (...)
Así, no sería descartable la implementación por las economías del Primer
Mundo de medidas proteccionistas frente a los países emergentes
(Fomento del Consumo de Productos nacionales) en forma de ayudas para
evitar la deslocalización de empresas, subvenciones a la industria
agroalimentaria para la Instauración de la etiqueta BIO a todos sus
productos manufacturados, Elevación de los Parámetros de calidad
exigidos a los productos manufacturados del exterior y la imposición de
medidas fitosanitarias adicionales a los productos de países emergentes,
lo que obligará a China, México, Brasil e India a realizar costosísimas
inversiones para reducir sus niveles de contaminación y mejorar los
parámetros de calidad, dibujándose un escenario a cinco años en el que
se pasaría de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con
la subsiguiente contracción del comercio mundial, posterior finiquito a
la globalización económica y ulterior regreso a los compartimentos
estancos en la economía mundial. (...)" (Attac España, 29/09/2014)
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