" Podemos y otras formaciones de izquierda radical son los únicos que
ofrecen un plan coherente de reestructuración de la deuda, ya que el
centro-izquierda no se atreve a aplicarlo. Podemos debería organizarse a
nivel de la eurozona.
Asumamos que comparten la opinión global sobre lo que la eurozona
debería hacer en este momento. En concreto, quieren más inversiones del
sector público y una reestructuración de la deuda.
Ahora háganse esta pregunta: si fuesen ciudadanos de un país de la
eurozona, ¿a qué partido político respaldarían para ello? Puede que les
sorprenda descubrir que no hay muchas opciones. En Alemania, los únicos
que se aproximan a esa agenda son Die Linke, los antiguos comunistas.
En
Grecia, sería Syriza; y en España, Podemos, que salió de la nada y
actualmente lidera los sondeos de opinión. Es posible que no se
consideren partidarios de la extrema izquierda. Pero si viviesen en la
eurozona y estuviesen a favor de esas políticas, esa sería su única
opción.
¿Qué ocurre con los partidos de centro-izquierda de Europa, los
socialdemócratas y los socialistas? ¿No defienden esa agenda? Pueden
hacerlo cuando están en la oposición. Pero una vez en el Gobierno,
sienten la necesidad de hacerse respetar, momento en el cual descubren
sus genes partidarios de la oferta. Recordemos que François Hollande, el
presidente de Francia, explicó el cambio de política de su Gobierno
argumentando que la oferta crea demanda.
De los partidos radicales que
han surgido recientemente, al que hay que prestar atención es Podemos.
Aún es joven, y está elaborando su programa. De lo que he leído hasta el
momento, puede ser el partido que más cerca esté de toda la eurozona de
ofrecer un enfoque coherente para gestionar el riesgo económico
posterior a la crisis.
En una entrevista reciente, Nacho Álvarez, un importante miembro del
equipo económico del partido, expuso su programa con una claridad
renovadora. El profesor de economía de 37 años asegura que el volumen de
deuda español, tanto pública como privada, es insostenible y ha de
reducirse.
Esto podría conllevar algún tipo de combinación de
renegociación de los tipos de interés, periodos de gracia, renegociación
de la deuda y una quita. También explicó que el objetivo de Podemos no
es abandonar la eurozona, pero que el partido tampoco insistiría en la
permanencia a cualquier coste. El objetivo es el bienestar económico del
país.
A alguien de fuera, puede parecerle una postura equilibrada. Pero no
sucede así en España. La clase dirigente teme que este programa
convierta al país en una versión europea de Venezuela. Pero no hay nada
de polémico en declarar que si la deuda es insostenible, necesita ser
reestructurada. O que si el euro conllevase décadas de sufrimiento,
sería perfectamente legítimo cuestionar las instituciones y políticas de
la eurozona.
La postura de Podemos reconoce una sencilla verdad sobre la eurozona a
finales de 2014. No tiene lógica que la moneda única entre en un
estancamiento secular y no se reestructure su deuda. Como no se está
haciendo nada para evitar lo primero, existe una probabilidad cercana al
100% de que suceda lo segundo.
Por el momento, sin embargo, los
gobiernos europeos siguen jugando al juego de «prolongar y fingir».
Grecia es un ejemplo de a dónde puede llevar una estrategia con tan poca
visión de futuro. Tras seis años de depresión económica, el Gobierno se
halla sumido en una profunda crisis política. Syriza lidera los
sondeos, y hay posibilidades de que asuma el poder en las próximas
elecciones generales, posiblemente en 2015. (...)
Lo que a Podemos le queda todavía por hacer es ofrecer una visión
coherente de la situación después de una reestructuración de la deuda.
Sería una buena idea que el partido se organizase a nivel de la eurozona
más allá de su alianza con Syriza en el Parlamento Europeo, porque es
ahí donde se toman las decisiones relevantes en materia política. Una
resolución de la deuda de España, por necesaria que sea, sólo puede
representar el comienzo de un cambio político más amplio.
La tragedia de la eurozona en la actualidad es la sensación de
resignación con la que los partidos políticos de centro-izquierda y
centro-derecha en el poder están permitiendo que Europa se suma en el
equivalente económico de un invierno nuclear. Es una tragedia que los
únicos que defiendan políticas sensatas como la reestructuración de la
deuda sean partidos de la extrema izquierda.
El auge de Podemos muestra
que existe una demanda de políticas alternativas. A menos que los
partidos afianzados cambien su postura, lo único que harán es dejar una
enorme brecha para formaciones como Podemos y Syriza." ( Wolfgang Münchau/Financial Times, en Expansión, 24/11/2014)
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