27.11.14

Podemos siembra la esperanza en Europa (en el sur)

"En España, el nuevo partido Podemos constituye la mayor innovación política en Europa desde el final de la Guerra Fría y, a diferencia de Syriza y el BE, no son visibles en él trazos de la Guerra Fría.

Para entender Podemos debemos remontarnos al Foro Social Mundial, a los gobiernos progresistas que emergieron en América latina en la década del 2000, a los movimientos sociales que llevaron a dichos gobiernos al poder, a las experiencias de democracia participativa –sobre todo a nivel local– en muchas ciudades latinoamericanas y, finalmente, a la Primavera Arabe.

En suma, Podemos es el resultado de un aprendizaje a partir del sur que permitió canalizar creativamente la indignación en las calles de España. Es un partido de nuevo tipo, un partido movimiento, basado en estas ideas: las personas no están hartas de la política, sino de esta política; la abrumadora mayoría de los ciudadanos no se moviliza políticamente ni sale a las calles a manifestarse, pero está llena de rabia en casa y simpatiza con quienes se manifiestan; el activismo político es importante, pero la política tiene que hacerse con la participación de los ciudadanos; ser miembro de la clase política es algo siempre transitorio y esa cualidad no permite ganar más que el salario medio del país; Internet permite formas de interacción que antes no existían; los miembros elegidos para los Parlamentos no inventan temas o posiciones, vehiculizan los que provienen de las discusiones en las estructuras de base; la política partidaria tiene que tener rostros, pero no está hecha de rostros; la transparencia y la rendición de cuentas deben ser totales; el partido es un servicio de los ciudadanos para los ciudadanos y debe ser financiado por ellos y no por empresas interesadas en capturar al Estado y vaciar a la democracia; ser de izquierda es un punto de llegada y no un punto de partida y, por tanto, se demuestra en los hechos.

El código genético de Podemos consiste en aplicar a la vida interna de los partidos la misma complementariedad entre democracia participativa y democracia representativa que debe orientar la gestión del sistema político en general.

Podemos es una versión particularmente feliz y potencialmente más eficaz de innovaciones políticas surgidas en diferentes partes del mundo, teniendo como telón de fondo el inconformismo ante el vaciamiento de la democracia representativa provocado por la corrupción y la captura de los partidos de gobierno por el capital.

En Italia surgió en 2009 el Movimiento Cinco Estrellas, liderado por Beppe Grillo, con fuertes críticas a los partidos políticos y defendiendo prácticas de democracia participativa. Tuvo un éxito electoral fulgurante, pero sus posiciones radicales contra la política crean perplejidad respecto del tipo de renovación política que propone.

 En 2012 se creó en India el Partido del Hombre Común; de inspiración gandhiana y centrado en la lucha contra la corrupción, a favor de la democracia participativa. Un año después de su fundación llegó a ser el segundo partido más votado para la asamblea legislativa de Delhi.

¿Es posible que la ola Podemos se extienda a otros países? Las condiciones varían mucho de un país a otro. Por otro lado, Podemos no es una receta, es una orientación política general dirigida a acercar la política a los ciudadanos y a mostrar que esta aproximación nunca será posible si la actividad política se circunscribe a votar cada cuatro años a políticos que se apropian de los mandatos y los utilizan para sus propios fines.

Curiosamente, en Inglaterra acaba de crearse un partido, Left Unity, directamente inspirado por las ideas que subyacen a Syriza y Podemos. En Portugal, la ola Podemos es muy necesaria, pero no existe la misma tradición de activismo que en España. (...)

¿Será posible que la ola Podemos llegue a América latina, devolviéndole la inspiración que recibió de su brillante primera década del siglo XXI? Sería importante que eso ocurriese en los dos grandes países gobernados por fuerzas conservadoras: México y Colombia. 

Allí, los esfuerzos para formular una nueva política de izquierda no consiguieron hasta ahora perforar el bloqueo de la política oligárquica tradicional. En el caso de México, hay que referir tentativas tan diversas como La Otra Campaña, por iniciativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, o el movimiento político aglutinado alrededor de López Obrador; y en el caso de Colombia, el Polo Democrático y todas las vicisitudes por las que pasó hasta hoy. (...)

En los países donde las fuerzas progresistas consiguieron grandes victorias en la primera década del siglo XXI y donde los partidos de gobierno fueron emanación de recientes luchas populares, podría pensarse que la ola Podemos tuvo allí su fuente y, por eso, nada nuevo puede suceder. 

Me refiero al Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil, al Movimiento al Socialismo (MAS) en Bolivia, a la Alianza País en Ecuador y al Partido Socialista Unido en Venezuela. Son realidades políticas muy distintas pero parecen tener dos características comunes: buscan dar voz política a las clases populares en gran medida oprimidas por las clases dominantes; tuvieron éxito político y el ejercicio del poder puede estar desgastando la marca de origen (sea por vía del caudillismo, la corrupción, la rendición ante los imperativos del desarrollismo neoliberal, etcétera).

 En estos países, tal como en los otros dos países con gobiernos de centroizquierda basados en partidos más antiguos, Argentina y Chile, la ola Podemos, si llegara a tener alguna relevancia, tenderá a asumir dos formas: cambios profundos en el interior de estos partidos; y creación de nuevos partidos-movimiento o movimientos-partido impulsados por la misma dinámica interna de democracia participativa en la formulación de políticas y en la selección de dirigentes.

Como muestra el caso del AAP en la India, el impulso político que subyace a Podemos no es sólo un fenómeno de Europa del sur o América latina. Puede aparecer bajo otras formas en otros continentes y contextos.(...)

Nunca como hoy se volvió tan evidente que vivimos en sociedades políticamente democráticas, pero socialmente fascistas. La ola Podemos es una metáfora para todas las iniciativas que buscan una salida política progresista al pantano en el que nos encontramos, una salida que no pase por rupturas políticas abruptas y potencialmente violentas."            (Boaventura de Sousa Santos, Página 12, en Jaque al neoliberalismo, 24/11/2014)

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