"Un mundo en el que el 15% de la ciudadanía gozará de un nivel de vida
cómodo y de una existencia estimulante, y en el que el resto tendrá
salarios estancados o incluso descendentes, pudiendo unos sobrevivir y
los demás quedarse por el camino.
Esa es la prospección que hace el
catedrático americano de Economía Tyler Cowen en su último trabajo
titulado Se acabó la clase media (Antoni Bosch editor). El lema
“¡Somos el 85%!” no sonará tan convincente como la versión de Occupy
Wall Street —“¡Somos el 99%!”—, pero quizá se ajuste más a la realidad.
Cuando cae el muro de Berlín, otros muros se elevan un poco más. Entre ellos el de la desigualdad. (...)
El declive de las clases medias no es un relámpago que llega sin
avisos, sino una tendencia que va madurando. La Gran Recesión de 2007
supone para esas clases el fin de las expectativas crecientes y de las
seguridades ocupacionales. El ascensor social se detiene o inicia su
bajada.
Entonces, ese contrato se rompe. Lo cuenta muy bien Esteban Hernández en otro libro titulado El fin de la clase media
(Clave Intelectual). Quien cumplía las reglas del juego de una sociedad
conseguía la estabilidad. Esto es lo que se ha acabado. Las clases
medias confiaban en que si ejecutaban lo que se les había asignado, un
porvenir próspero les aguardaba y sus hijos vivirían mejor (...)
Ahora son pasto del desencanto y de la indignación, y han llegado a
la conclusión de que aquel mundo tejido de vidas estables y de
trayectorias sostenidas se desvanece. Muchos de sus integrantes forman
parte de esos asalariados —“producto marginal cero”— que no volverán a
ser contratados, en caso de que pierdan su empleo, ni siquiera cobrando
menos.
Ello ya estaba ocurriendo antes de la crisis económica, pero el crash
financiero desveló, de modo súbito, que había trabajadores cuyos
empresarios los consideraban excesivamente remunerados para sus
funciones tradicionales.
Algunos economistas indican que el grueso de la
polarización de los mercados laborales se transmite a través del
mecanismo inmediato de la recesión, que es cuando desaparecen esos
puestos de clase media. Una vez pasada la crisis, los empleos de clase
media desaparecidos no reaparecen. (...)" (
Joaquín Estefanía . El País,
9 NOV 2014)
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