"Todo indica que está en preparación la tercera guerra mundial. Es una
guerra provocada unilateralmente por los EE.UU. con la complicidad
activa de la UE. Su objetivo principal es Rusia e indirectamente China.
El pretexto es Ucrania.
En un raro momento de consenso entre los dos
partidos, el Congreso de los EEUU aprobó el pasado día 4 la Resolución
758, que autoriza al Presidente a adoptar medidas más agresivas de
sanción y de aislamiento contra Rusia, a proveer de armas y otras ayudas
al gobierno de Ucrania y a fortalecer la presencia militar de los EEUU
en los países vecinos de Rusia. La escala de provocación a Rusia tiene
varios componentes que, en conjunto, constituyen la segunda guerra fría. (...)
Los componentes de la provocación occidental son tres: sanciones para
debilitar a Rusia, instalación de un gobierno satélite en Kiev y guerra
de propaganda. Las sanciones son conocidas, siendo la más insidiosa la
reducción del precio del petróleo, que afecta de modo decisivo a las
exportaciones de petróleo de Rusia, una de las más importantes fuentes
de financiación del país.
Esta reducción conlleva el beneficio adicional
de crear serias dificultades a otros países considerados hostiles
(Venezuela e Irán). La reducción es posible gracias al pacto sellado
entre EE.UU. y Arabia Saudita, por el cual EE.UU. protege a la familia
real (odiada en la región) a cambio de mantener la economía de los
petrodólares (transacciones mundiales de petróleo denominadas en
dólares), sin los cuales el dólar colapsaría como reserva internacional,
y con ello, la economía de los EEUU, el país con la mayor y más
impagable deuda del mundo.
El segundo componente es el control
total del gobierno de Ucrania, de manera que el país se transforme en un
estado satélite. El respetado periodista Robert Parry (que denunció el
escándalo de Irán-Contra) informa de que la nueva ministra de Economía
de Ucrania, Natalie Jaresko, es una ex-funcionaria del Departamento de
Estado, ciudadana de los Estados Unidos, que obtuvo la ciudadanía
ucraniana días antes de asumir el cargo.
Ella era hasta ahora presidente
de varias empresas financiadas por el Gobierno norteamericano, creadas
para actuar en Ucrania. Ahora se comprende mejor la expresión, en
febrero pasado, de la Secretaria de Estado norteamericana para los
asuntos europeos, Victoria Nulland: “Fuck the UE”. Lo que ella quiso
decir fue “¡Rayos! Ucrania es nuestra. Pagamos para eso”.
El
tercer componente es la guerra de propaganda. Los grandes medios y sus
periodistas están siendo presionados para difundir todo lo que legitima
la provocación occidental y ocultar todo lo que la cuestiona. (...)
¿Estamos en democracia cuando el 67% de los norteamericanos están en
contra de la entrega de armas a Ucrania y el 98% de sus representantes
votan a favor? ¿Estamos en democracia en Europa cuando una discrepancia
semejante o mayor separa a los ciudadanos de sus gobiernos y de la
Comisión de la UE? ¿O cuando el Parlamento Europeo sigue en sus rutinas,
mientras Europa está siendo preparada para ser el próximo teatro de
guerra, y Ucrania, la próxima Libia?" (Boaventura de Sousa Santos, Público, 13/12/2014, en Rebelión, 15/12/2014)
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