18.12.14

Rajoy, el burócrata malvado, inventa el pago de impuestos por adelantado... va a ser imposible montar pequeñas empresas tecnológicas en Españ

"(...) hemos pasado al más prosaico “todo el poder para los burócratas” de nuestros rajoyanos días. Hace tres años, cuando el barbas y la metro y medio se presentaban en los mítines, hablaban de regeneración y de devolver a España a la primera división.(...)

 Al final la regeneración se ha quedado en un centón de leyes redactadas al milímetro por el equipo soráyico habitual. Leyes cuyo único objetivo era blindar el desastre y, especialmente, a los causantes del desastre. Para muestra dos botones que el Gobierno acaba de coserse en la guerrera del despropósito. (...)

Primero vino el ya famoso impuesto de salida o “exit tax”, una aberración fiscal parida en las zahúrdas del draculín de Hacienda. Con ese impuesto en la mano va a ser materialmente imposible montar pequeñas empresas tecnológicas en España… bueno, tecnológicas y de cualquier otra cosa. 

El invento es de una maldad casi absoluta, implica que alguien que posee un porcentaje de una empresa recién fundada pero que tiene gran potencial de crecimiento deba pagar por adelantado ese potencial sin siquiera haberlo ganado. Es lo más parecido a liquidar a la gallina de los huevos de oro años antes de que haya puesto su primer huevo.

Algo como el impuesto de salida solo cabe en la mente enferma de un legislador compulsivo cruzado con un salteador de caminos. Puedo llegar a entender que los burócratas quieran apropiarse por las bravas de lo que los demás producen, pero no que estos mismo burócratas impidan la producción misma. ¿Pero saben lo peor de todo? Nadie ha dicho ni mu de este disparate a excepción de los liberales  (...)

La otra idea que ha salido del recalentado caletre sorayino es la del canon AEDE, gracias al cual los españoles seremos los primeros en privarnos de un servicio tan útil como Google News

 La historia pertenece más al género de la picaresca que al de la política. Los dueños de los periódicos de papel pensaron que el mejor modo de aliviar las fatigas de sus ruinosas cuentas de resultados era propinar un zapatillazo a Google. Acudieron a Moncloa con sus cuitas y allí, a metro y medio del suelo, les dieron la solución. Google aflojaría la mosca sí o sí. Una ley obraría el milagro.

 A cambio de ellos, de los periódicos, se esperaba cierto sentido de Estado, es decir, que no se metiesen con el jefe y, mucho menos, con la jefa en estos meses tan movidos que se avecinan. Sobre el papel funcionaba la idea. Google, esa perversa multinacional que tiene el “monopolio” de las búsquedas en Internet, pagaría sin rechistar. La realidad ha sido muy otra.

 Los chicos de Mountain View no saben quien es Soraya ni quieren saberlo, por no saber no saben ni donde está Valladolid ni qué diablos es un abogado del Estado (...)"          

  (Rajoy o la persistencia del burócrata, de Fernando Díaz Villanueva en vozpopuli.com, en Caffe Reggio, 13/12/2014)

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