"(...) El Gobierno tiene que asumir -y lo hará antes o después- que su forma
de rescatar a España de una crisis que está lejos de ser historia ha
consistido en la destrucción de las clases medias españolas
mediante una devaluación brutal de las rentas salariales, de capital y
del valor de los activos.
Según datos de la Unión Europea que el
Ejecutivo no ha discutido, conocidos en junio pasado, la renta por
habitante en España ha retrocedido dieciséis años.
El empobrecimiento de los segmentos centrales de la sociedad española
se ha producido en aplicación de una política fiscal que ha detraído
más de 30.000 millones a los contribuyentes sin reducir de manera
significativa ni la elusión de impuestos ni la economía sumergida ni la
delictiva
. La carga fiscal la han soportado las
clases medias (IRPF e IVA); la devaluación salarial y de activos la han
sufrido las clases medias (las mareas verde y blanca son y fueron de
profesionales y funcionarios) y la corrupción, como
consecuencia de lo anterior, la padecen de manera especial las clases
medias porque atenta contra su sistema de valores que eran los que
estabilizaban el sistema político e introducían elementos de cohesión
social.
Una bolsa enorme de jóvenes en la treintena sin expectativas laborales y otra, igualmente grande, de cincuentones
víctimas de los expedientes de regulación de empleo, muy alejados aún
de la jubilación, es el resultado de un modelo de gestión de la crisis
que se dice superada a costa de las imprescindibles clases medias.
Podía
haberse optado -como se prometió- por hacer transparente lo opaco y
reducir las dimensiones elefantiásicas de las Administraciones Públicas,
así como cancelar el enorme gasto político de las llamadas elites
extractivas. No se ha querido hacer así, sino aplicando fórmulas
tradicionales que para resultar aparentemente exitosas han obligado a
que España retrocediese tres lustros en términos de riqueza. (...)
Como ha declarado el filósofo Javier Gomá -nada
sospechoso de veleidades anárquicas- la crisis “ha hecho bajar un
escalón a toda la clase media y esto ha generado una gran angustia
colectiva que ha provocado que se cuestiones incluso el modelo
construido durante la transición”. (...)
Rajoy y su Gobierno, el Partido Popular, con un análisis mediocre de la
realidad, han conseguido que aumente el PIB y se reduzca el paro con un
empleo que genera pobres afiliados a la seguridad social,
pero el precio que España está pagando es destructivo de su sistema
político y de convivencia.
Porque esas políticas burocráticas,
anacrónicas e insolidarias han creado más riqueza en quienes ya la
tenían, han mantenido, con recortes, a los más desfavorecidos con las
prestaciones sociales y la intervención solidaria del tercer sector,
pero han esquilmado a los espacios sociales centrales, medios, que abjuran de su compromiso estabilizador y cohesivo. Esa es la razón por la que el sistema tiende a la implosión. (...)"
(EL CONFIDENCIAL 13/12/14, JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS, en Fundación para la Libertad)
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