28.1.15

El problema no es Grecia. El problema es Europa. Si no cambia su política una reacción popular será inevitable

"(...) En la mayoría de países de la Unión Europea, el PIB per cápita es menor al de antes de la crisis. Una media década perdida se está convirtiendo rápidamente en una década entera perdida. 

Detrás de las frías estadísticas, las vidas se arruinan, los sueños se desvanecen, y las familias se desintegran (o no se forman) a la par de que el estancamiento – que llega a ser depresión en algunos lugares – se arrastra año tras año.(...)

Europa no es una víctima. Sí es verdad que Estados Unidos administró mal su economía; pero, no, no es verdad que EE.UU. de alguna forma se las arregló para imponer la peor parte de la caída mundial en los hombros de Europa. 

El malestar de la UE es auto-infligido, a causa de una sucesión, sin precedentes, de malas decisiones económicas, comenzando por la creación del euro. Si bien el euro se creó con la intención de unir a Europa, finalmente, lo que hizo fue dividirla; y, debido a la ausencia de la voluntad política para crear instituciones que permitan que una moneda única funcione, el daño no se está revertiendo. (...)

El caos actual proviene en parte de la adhesión a una creencia que ha sido desacreditada desde hace ya mucho tiempo sobre que existen mercados en buen funcionamiento que no tienen imperfecciones de información y competencia. La arrogancia desmedida también ha jugado un papel. 

¿Cómo, si no, se podría explicar el hecho de que año tras año los pronósticos de los funcionarios europeos sobre las consecuencias de sus propias políticas han sido consistentemente erróneos? Estos pronósticos no han sido erróneos porque los países de la UE no lograron poner en práctica las políticas prescritas, sino porque los modelos sobre los que las políticas se basaron tienen graves deficiencias. 

En Grecia, por ejemplo, las medidas destinadas a reducir la carga de la deuda, en los hechos, dejaron al país más cargado de lo que estaba en 2010: el ratio deuda PIB se ha incrementado, debido a que el impacto de la austeridad fiscal lastimó a la producción. Al menos, el Fondo Monetario Internacional ha admitido estos fracasos intelectuales y de políticas. (...) 

Ahora Grecia pone a prueba una vez más a Europa. La caída del PIB griego desde el 2010 es mucho mayor que la caída que enfrentó Estados Unidos durante la Gran Depresión de la década de 1930. El desempleo juvenil es superior al 50% (...) 

Si Syriza gana pero no llega al poder, un motivo principal será el miedo a cómo responderá la UE ante dicha elección.

 El miedo no es la más noble de las emociones, y no va a dar lugar al tipo de consenso nacional que Grecia necesita para seguir adelante. El problema no es Grecia. El problema es Europa. Si Europa no cambia sus maneras de actuar – si no reforma la eurozona y rechaza la austeridad – una reacción popular será inevitable. 

Grecia podría mantener el rumbo en esta ocasión. Pero esta locura económica no puede continuar por siempre. La democracia no lo permitirá. Sin embargo, ¿cuánto más dolor tendrá que soportar Europa antes de que se restablezca el sentido común?" 
 

No hay comentarios: