23.1.15

Este es el escenario deflacionista que quiere evitar Draghi


"Concretamente, el presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró ayer que a partir del próximo mes de marzo la entidad lanzará un programa de compra de activos públicos y privados por un importe de 60.000 millones de euros mensuales y que estará en vigor al menos hasta finales de 2016 (en total serán de 1,14 billones de euros). (...)

No hay que olvidar que en el mes de diciembre 12 de los 19 países que comparten la moneda única registraron una inflación negativa (ver gráfico).

 Los países con los índices de precios más bajos a cierre de 2014 fueron: Grecia (-2,5%), España (-1,1%), Chipre (-1%) y Luxemburgo (-0,9%). A estos les siguieron de cerca y también en el terreno negativo: Bélgica (-0,4%), Irlanda (-0,3%), Portugal (-0,3%), Italia (-0,1%), Lituania (-0,1%), Países Bajos (-0,1%), Eslovenia (-0,1%) y Eslovaquia (-0,1%). Además, los siete países que consiguieron acabar con el índice en positivo lo hicieron con tasas muy bajas (todas por debajo del 1%).

Este panorama llevó la inflación media de la zona euro al -0,2% en diciembre desde el 0,3% de noviembre. Un dato que ha hecho saltar las alarmas en el BCE, (...)

Con este plan de compra de activos, Draghi quiere alejar por todos los medios la temida deflación, que implica una bajada generalizada y prolongada (al menos dos semestres) del nivel de precios de bienes y servicios.

 Un contexto de deflación tendría consecuencias muy negativas en el crecimiento de la zona euro, todavía muy frágil. En el tercer trimestre la economía de la región mejoró apenas un 0,2% (el dato del cuarto trimestre se conocerá el próximo 13 de febrero). 

La deflación activaría un círculo vicioso con mucho peligro. Al caer los precios, se reducen los ingresos de las empresas. Como los costes de producción no disminuyen, las compañías recortan la inversión y el empleo. 

Así que cada vez es más pequeña la masa salarial y también la demanda, lo que implica menos ventas. A la vez, los consumidores retrasan sus compras y las empresas sus gastos, al creer que más tarde todo será más barato.

Por si fuera poco, la situación se ve agravada porque el peso de las deudas en relación con los salarios aumenta y, con él, el riesgo para el sistema financiero. Ante esta coyuntura, aumenta la prima de riesgo de los bancos, que reducen la oferta de crédito.
Este es el escenario que quiere evitar a toda costa el BCE (...)"           (B. Amigot| Gráfico: C. Galera, Expansión, 23/01/2015)

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