"Concretamente, el presidente del BCE, Mario Draghi, aseguró ayer que a
partir del próximo mes de marzo la entidad lanzará un programa de compra
de activos públicos y privados por un importe de 60.000 millones de
euros mensuales y que estará en vigor al menos hasta finales de 2016 (en
total serán de 1,14 billones de euros). (...)
No hay que olvidar que en el mes de diciembre 12 de los 19 países que
comparten la moneda única registraron una inflación negativa (ver
gráfico).
Los países con los índices de precios más bajos a cierre de
2014 fueron: Grecia (-2,5%), España (-1,1%), Chipre (-1%) y Luxemburgo
(-0,9%). A estos les siguieron de cerca y también en el terreno
negativo: Bélgica (-0,4%), Irlanda (-0,3%), Portugal (-0,3%), Italia
(-0,1%), Lituania (-0,1%), Países Bajos (-0,1%), Eslovenia (-0,1%) y
Eslovaquia (-0,1%). Además, los siete países que consiguieron acabar con
el índice en positivo lo hicieron con tasas muy bajas (todas por debajo
del 1%).
Este panorama llevó la inflación media de la zona euro al -0,2% en
diciembre desde el 0,3% de noviembre. Un dato que ha hecho saltar las
alarmas en el BCE, (...)
Con este plan de compra de activos, Draghi quiere alejar por todos
los medios la temida deflación, que implica una bajada generalizada y
prolongada (al menos dos semestres) del nivel de precios de bienes y
servicios.
Un contexto de deflación tendría consecuencias muy negativas
en el crecimiento de la zona euro, todavía muy frágil. En el tercer
trimestre la economía de la región mejoró apenas un 0,2% (el dato del
cuarto trimestre se conocerá el próximo 13 de febrero).
La deflación activaría un círculo vicioso con mucho peligro. Al caer
los precios, se reducen los ingresos de las empresas. Como los costes de
producción no disminuyen, las compañías recortan la inversión y el
empleo.
Así que cada vez es más pequeña la masa salarial y también la
demanda, lo que implica menos ventas. A la vez, los consumidores
retrasan sus compras y las empresas sus gastos, al creer que más tarde
todo será más barato.
Por si fuera poco, la situación se ve agravada porque el peso de las
deudas en relación con los salarios aumenta y, con él, el riesgo para el
sistema financiero. Ante esta coyuntura, aumenta la prima de riesgo de
los bancos, que reducen la oferta de crédito.
Este es el escenario que quiere evitar a toda costa el BCE (...)" (B. Amigot| Gráfico: C. Galera, Expansión, 23/01/2015)
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