28.1.15

Los alemanes corren con una parte ridícula del riesgo, pero se llevan el 100% de los intereses de la barra libre del BCE

"(...)  El BCE va a inyectar en la Eurozona 60.000 millones de euros al mes a partir de 1 de marzo durante 19 meses y seguro durante más tiempo, porque la medida no va a funcionar. Pero esta vez el BCE limita el riesgo compartido al 20%, el 80% restante deberá afrontarlo el Banco de España o sea, los españoles. 

Dicho de otra forma, los alemanes corren con una parte ridícula del riesgo, pero se llevan el 100% de los intereses. 

El euro es el gran chollo de Alemania: si el euro se rompe, el marco se revalorizaría un 50%, y su economía caería en picado. Para España el euro es una trampa sin salida posible, en la que nos metió Aznar sin molestarse en analizar nada, aunque estaba demostrado que sería un desastre (1), como algunos explicamos en vano.

Y ¿a dónde va a ir ese dinero? Pues al mercado secundario de deuda y, básicamente, a la banca, lo que aparte de que reducirá más aún la parte de los salarios en el PIB a favor del capital, va a ser el pelotazo de su vida. Tiene mucha deuda con intereses al 4% y ahora están al 1%, y su valor va en sentido inverso, y de tener la duda, si lo cobraran ahora, se forrarían. 

La idea es que, como la banca va a tener un exceso de liquidez, lo preste a la economía real, pero eso no sucederá porque con la total incertidumbre actual y la economía en crecimiento cero en términos nominales, nadie sensato se va a endeudar para invertir. La banca invertirá fuera en mercados emergentes en busca de rentabilidad.

El otro gran beneficiario es el Gobierno, que podrá financiar sin problemas (de momento) el gigantesco tinglado clientelar de despilfarro y corrupción que le mantiene en el poder, y pagar los agujeros de los oligarcas del Ibex, como autopistas de peaje, un error ruinoso de las grandes constructoras, o la ruina de Sareb, que compró toda la basura inmobiliaria de la banca al doble del precio de mercado y está generando un agujero monumental. 

De momento, Rajoy dará 8.000 millones a las CCAA más despilfarradoras y corruptas para que puedan contratar a más familiares y amigos y gastar dinero a espuertas antes de las elecciones.

Pero como resumía el jueves S. McCoy con la brillantez que le caracteriza, el QE no creará inflación, como demuestran las medidas similares tomadas en EEUU o Japón; el dinero no circulará porque sobra liquidez en el sistema financiero y familias y empresas están desapalancándose; y no se arreglaran los problemas estructurales –excepto acentuar la deflación salarial–, sino todo lo contrario, como sucedió con la barra libre de 2012. 

Y concluye: “Aumentará mucho más el peso de la economía financiera sobre la real, se deprimirán aún más las rentas del ahorro, crecerán las desigualdades –en las que ya somos campeones de Europa, añado– y, al final del día, cuando la burbuja estalle, todos seremos mucho más pobres por generaciones y generaciones”. Esta es la política Rajoy que es envidia del mundo. (...)"                      (No vamos a la prosperidad, sino a la pobreza, de Roberto Centeno en El Confidencial, en Caffe Reggio, 26/01/2015)

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