27.2.15

Soluciones para la deuda

"El montante de deuda de las administraciones públicas acaba de superar el billón de euros a finales de 2014, según el protocolo de déficit excesivo, lo que supone un incremento de 300.000 millones de Euros, bajo Rajoy “el austero”

Si atendemos a las Cuentas Financieras de Banco de España, a cierre del tercer trimestre de 2014, dicha cifra supera en realidad los 1,4 billones de euros, lo que supondría un incremento de casi 600.000 millones de euros. Este segundo criterio es menos laxo y preferible, una vez se obvian ciertas duplicidades. 

Con estos datos se demuestra que bajo el gobierno de Rajoy no ha habido austeridad alguna, la deuda pública se ha disparado como nunca antes en nuestra historia reciente. (...)

El origen de la actual crisis sistémica se debe al papel que jugó la deuda privada en la economía. Y en este proceso de expansión de la deuda privada la banca tuvo un rol relevante, introduciéndose un problema de riesgo moral. Los beneficios bancarios son impulsados por el volumen de deuda.

 La banca cuanto más se apalanca, más gana; y en el caso de que se produzcan bruscos descensos en el precio del colateral que alimenta su deuda, pelillos a la mar, el Estado acaba rescatándola, contaminando e incrementando la deuda pública. ¡Menudos liberales, eh! (...)

¡Rompamos el vínculo deuda-inflación de activos!

Los economistas Jaromir Benes y Michael Kumhof, publicaron finales de 2012 un interesante artículo bajo el título “The Chicago Plan Revisited”. Según el mismo, uno podría a la vez reducir la deuda privada, impulsar el crecimiento, estabilizar los precios, y convertir a los banqueros en meros comparsas de la realidad económica. Se podría hacer limpiamente, sin dolor, por mandato legislativo, mucho más rápido de lo que nadie imagina. 

Bastaría con reemplazar el actual sistema de dinero creado por la banca privada por dinero creado por el Estado. Para ello habría que acabar con la banca de reserva fraccional. Si los prestamistas se ven obligados a respaldar con reservas el 100% de los depósitos, la banca pierde el privilegio exorbitante de crear dinero de la nada. 

El país recuperaría el control soberano sobre la oferta monetaria. No habría más quiebras bancarias, y los ciclos de expansión y contracción del crédito serían mucho más suaves.

El último informe de la consultora global McKynsey sobre la evolución de la deuda global propone algunos cambios de política económica, y que algunos venimos aconsejando para nuestro país. Por un lado desincentivar endeudamientos especulativos, eliminando los incentivos fiscales a la deuda, como la deducción en el impuesto sobre la renta de los intereses hipotecarios, y, sobretodo, eliminando cualquier deducción fiscal de los pagos de intereses corporativos.

 Por otro lado, crear procedimientos o maneras que permitan a los países reestructurar su deuda soberana. Destacan también, en este sentido, las propuestas del ministro de finanzas heleno Yanis Varuofakis.

Sí que hay, por lo tanto, propuestas razonables encima de la mesa, pero llevamos mucho tiempo perdido. Sin embargo en los medios patrios ni una palabra. ¿Por qué? ¿Hasta cuándo?"             (Juan Laborda, Vox populi, 18/02/2015)

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