26.3.15

El rescate griego y español fue también el rescate de la banca centroeuropea, fundamentalmente alemana y francesa

"(...) De hecho, no nos engañemos, el segundo rescate en 2012 de Grecia fue realmente un rescate a los acreedores privados de la banca griega recapitalizada por el Estado Griego que obtuvo los fondos de préstamos del Fondo de Rescate Europeo. 

De esta forma el Estado Griego, además de sustituir en esa posición deudora a la banca griega, pasó a convertirse en deudor de las instituciones públicas europeas e internacionales que sustituyeron, a su vez, a los acreedores privados financieros.

Por consiguiente, un rescate que al final lo fue también de la banca centroeuropea, fundamentalmente alemana y francesa, acreedora de la banca griega cuya posición acreedora fue sustituida por los contribuyentes de la zona euro representados en los fondos de rescate europeos.

 Pero de ese rescate muy pocos fondos llegaron a los griegos. Por diferentes vías, su recorrido acabó en los bancos franceses, alemanes y otros que pudieron diluir así su exposición a la banca griega. 

Un ejemplo de socialización de las pérdidas privadas. Hasta tal extremo esto es cierto, que sólo el 5% de los fondos que han rescatado a Grecia, han sido destinados a cubrir las necesidades financieras del Estado Griego. (15.000 M€ aproximadamente, que son la suma de los déficits primarios públicos del Estado Griego entre 2010 y 2014).

Pero es que algo parecido pasó con el rescate de la banca española. Los activos tóxicos de nuestro sistema financiero fueron principalmente los derivados del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.

 Fue el exceso de ahorro alemán y su colocación en las emisiones de las entidades financieras españolas, parte del aire que se insufló e infló nuestra burbuja. Pero el pinchazo sólo ha caído sobre los contribuyentes españoles.

En un mundo globalizado –ciñámonos ahora a la Unión Europea- es evidente la corresponsabilidad en los excesos. Sin el ahorro alemán, los ahorradores españoles no hubieran generado por sí mismos depósitos bancarios suficientes para financiar la construcción, entre 1997 y 2007, de más de cinco millones de viviendas, algunos años más de 500.000, tantas como en el resto de Europa. 

No se preguntaron entonces los financiadores alemanes de los bancos españoles donde acababa posándose el dinero que ellos colocaban en las entidades financieras españolas.

 En estos negocios donde los excesos, por falta de supervisión y de regulación suficiente, acaban en quiebra, tan partícipes de esta situación son los prestatarios irresponsables como los prestamistas informados. 

De aquí que la izquierda europea plantee la necesidad de que la Europa del Euro mutualice el riesgo, al menos a partir del 60% de la deuda sobre el PIB a través de la emisión de Eurobonos, medida a la que Alemania continua oponiéndose. (...)"            (Jorge Fabra Utray, Economistas Frente a la Crisis,18/03/2015)

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