"El personal de limpieza del Hospital Universitario Gregorio Marañón
de Madrid denuncia la falta de recursos humanos y materiales que desde
hace meses dificulta el buen funcionamiento diario del centro sanitario. (...)
Un grupo de trabajadoras acusa a la Subdirección de
Gestión de Servicios Generales del centro de haber ido recortando las
partidas destinadas a los materiales que se necesitan para cumplir con
las tareas del día a día, que repercuten directamente en el bienestar de los pacientes, el propio mantenimiento del hospital y en la capacidad para evitar infecciones. “Falta de todo.
En muchas habitaciones no hay papel higiénico ni jabón de manos a diario y
tenemos que decirles a los pacientes que se lo compren ellos. Faltan
escobillas, fregonas y muchos utensilios sin los que no podemos trabajar
en condiciones”, afirma una de las limpiadoras a este diario.
Las imágenes, por lo menos, muestran esta realidad. Escobillas partidas por la mitad,
porta papeles rotos y deteriorados en los cuartos de baño, bolsas de
basura que se acumulan en algunas salas… y un sinfín de carencias que
las trabajadoras afirman haber notificado a sus superiores sin obtener
respuesta.
“Se lo hemos dicho al gerente, a la subdirección de Gestión, a
nuestros jefes más cercanos, pero la situación no mejora”, cuentan a El Confidencial. Y no sólo eso: han escrito cartas al presidente y al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, al ministro Alfonso Alonso e incluso a Mariano Rajoy.
Y la presidencia del Gobierno sí contestó pero no aportó soluciones:
“Le recordamos que los departamentos ministeriales de la Administración
General del Estado no pueden ejercer ninguna actuación sobre la cuestión
planteada en su escrito, al carecer de competencias en materia de
prestación sanitaria…”. Y continuaba: “En consecuencia nos permitimos
sugerirle que se dirija a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de
Madrid”.
“Nosotras lo pasamos mal por los pacientes. Hay situaciones que son vergonzosas”,
se quejan las auxiliares de hostelería. “Hace poco una compañera tuvo
que bajar a un chino [un comercio] de aquí al lado a comprar una fregona
para poder seguir trabajando porque no había bastantes para todas”,
cuenta una de las limpiadoras de nivel 1 del grupo 5 del Gregorio
Marañón. (...)
“Antes
había unas personas dedicadas a limpiar las plantas del hospital y otras
que se ocupaban estrictamente de las cocinas, los carros de la comida,
el lavavajillas. Ahora hay menos y se ocupan de todo”, asegura una de
las trabajadoras." (El Confidencial, P. Esteban , El Confidencial, 30.03.2015)
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