"Pese a los cientos de miles de millones de euros que los bancos
centrales han inyectado al sistema financiero, la economía mundial
vuelve a instalarse al borde del precipicio. La mezquindades de Alemania
y el mortífero austericidio han acorralado a Europa en la trampa 3-D:
Desempleo, Deuda, Deflación, dando cuenta que hemos entrado a un nuevo túnel y esta vez mucho más oscuro.
El FMI ya está hablando directamente de los serios peligros del
estancamiento secular, es decir, de una crisis que se hace
omnipresente, se arraiga y se prolonga. Es la “nueva normalidad” del
sistema capitalista, que se desangra por los cuatro costados a medida
que todos los signos de recuperación se desvanecen.
La crisis griega es nuevamente uno de los grandes focos de tensiones.
Porque aunque Alemania minimice los efectos de una salida de Grecia del
euro, puede provocar un efecto mucho más devastador que la caída de
Lehman Brothers hace siete años. (...)
Es una amenaza latente que demuestra que el modelo capitalista de
los últimos 30 años ha colapsado dado que todos sus signos vitales han
desaparecido.
Deflación, Deuda, Desempleo
La deflación sigue avanzando en Europa por cuarto mes consecutivo
mientras el desempleo no cede ni cederá hasta 2018 si hay suerte. La
deuda se dispara a máximos históricos mientras la mayoría de las
principales economías del mundo se preparan para un período prolongado
de tasas de crecimiento reducidas, lo que hará aún más difícil a los
gobiernos y las empresas disminuir sus niveles de deuda.
Además, el
alto desempleo reduce el consumo y esto retroalimenta el pernicioso
ciclo negativo de más desempleo y menos consumo. En síntesis, las cifras de consumo previas al estallido de la crisis nunca más volverán.
El informe de FMI apunta alarmantemente que la actual crisis en curso
puede ser peor que la de 2008 dado el escaso nivel de maniobra que los
países tienen actualmente, a diferencia de hace siete años.
De ahí que
China, en particular, puede sufrir una seria contracción en su
crecimiento al tratar de reequilibrar su economía lejos de la inversión y
el consumo. La desaceleración de los países emergentes puede ser aún
mayor, ante la caída de sus exportaciones de materias primas a China. (...)
En este contexto de profundo deterioro, muchos países como Canadá, Corea
del Sur, Suecia, Australia y China han respondido a las preocupaciones
sobre el deterioro de la competitividad comercial mediante la reducción
de las tasas de interés en más de lo habitual.
Si bien no todos los
países pueden devaluar el uno contra el otro, todos los países pueden
tratar de "devaluar" sus monedas frente al nivel general de precios en
bienes y servicios y esto es lo ha abierto una guerra comercial y de divisas en toda la regla.
Esto está provocando devaluaciones competitivas con cada país que trata
de resolver sus problemas a costa de otro. Más aún cuando los
principales bancos centrales se dedican a debilitar sus monedas con el
objetivo de obtener alguna ventaja competitiva que nunca llega.
La
política de empobrecer al vecino no hace más que empobrecer a todo el
mundo y así van las cosas: un mundo cada vez más pobre y precarizado.
Loa planes de austeridad solo han empeorado las cosas potenciando la
deflación y el desempleo, y creando una situación económica aún peor, al
constituir un freno a la demanda. (...)
El desempleo en la zona euro se mantiene en un 11,2 por ciento y la
debilidad del crecimiento no va a permitir que este disminuya lo
suficientemente rápido como para que las empresas contraten a más
trabajadores. Las últimas previsiones del BCE señalan que la tasa de
desempleo de la eurozona se mantendrá en dos dígitos, incluso después
de que el programa de flexibilización cuantitativa por € 1100000000000
(1,1 billones de euros) se aplique plenamente.
Se estima que hasta finales de 2017, el 10 por ciento del mercado del
trabajo continuará sin empleo, impidiendo alcanzar los objetivos de una
recuperación completa pensados por la UE. La larga crisis de la zona
euro ha sido tan perjudicial, que ha destruido permanentemente la
capacidad de la economía para crear puestos de trabajo, incluso si hay
rebotes en la demanda. En otras palabras, el desempleo masivo se ha convertido en una característica permanente del actual modelo económico. (...)
La frustración en la juventud ante una recesión prolongada hace algo
más que crear dificultades económicas: permite desacreditar a las
ideologías dominantes para avivar la ira contra las élites políticas y
estos efectos pueden durar mucho más allá del punto en el que las
cifras económicas muestran una cierta mejora.
Como el retorno al crecimiento sostenido se ve poco probable, cunde
la sensación de malestar económico, y en toda Europa existe el temor
de que países enteros han vivido más allá de sus posibilidades y
tendrán que aceptar un ajuste a la baja permanente en los niveles de
vida.
En países como Grecia, Portugal e Irlanda, donde el ajuste se
llevó a cabo de una manera bastante rápida y brutal, se ha dado lugar a
recortes en los salarios y las pensiones nominales. En todos estos
países, existe el temor de que las nuevas generaciones vivirán en forma
más precaria que sus padres.
El crecimiento de los partidos anti-sistema es un reflejo de la
crisis. Esto marca un cambio brusco en la conciencia y un profundo
cuestionamiento del sistema capitalista. Lo que está claro es que no
hay manera de salir de la crisis con las recetas propias del sistema,
más aún cuando es la oligarquía financiera la que controla a los
gobiernos.
Se requiere cambiar de modelo y de visión y esto no es
posible en el corto plazo. El modelo económico instaurado por Thatcher y
Reagan desde 1980 está llegando a su fin." (Marco Antonio Moreno , El blog salmón, 23/04/2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario