27.4.15

Las energías renovables son neutras desde el punto de vista del coste para el consumidor y para el país son beneficiosas en términos de ahorro de importaciones de combustibles fósiles

"(...) Trataré de explicar en este artículo con cierto detalle todos los conceptos que contribuyen a obtener el precio que pagamos por la luz que consumimos y para ello me serviré de un recibo como ejemplo. 

La siguiente figura muestra el último recibo del autor de estas líneas, suministrado por una de las grandes comercializadoras de electricidad en España. El importe del mismo fue de 85,35 €.
 

Recibo de la luz del autor del artículo, correspondiente al 25-III-2015

El “quesito” de la figura muestra las tres grandes contribuciones al precio de la luz: precio de la electricidad, impuestos y costes regulados. Explicaré cada una de las tres componentes, a cual o cuales se cargan las culpas de los altos costes de la electricidad y de cual o cuales no nos cuentan toda la verdad que hay detrás. Ni siquiera una parte de la verdad.

A. Coste de producción de la electricidad

El precio de la electricidad se fija mediante un proceso de casación entre ofertas de venta de productores y demandas de compra de los consumidores, demanda que realizan las comercializadoras que nos venden la energía y la gran industria que la utiliza para su normal funcionamiento. Este proceso de casación se repite cada hora del día durante los 365 días del año.

En la siguiente figura se muestra como se forman las curvas de ofertas de venta de energía y de demanda de la misma en dos supuestos: en ausencia de energías renovables en el “mix“ y en presencia de estas energías:

 Ejemplos de curvas de oferta y demanda en el mercado diario para una hora y un día prefijado. Sin renovables (izquierda) y con renovables (derecha) en el “mix”. El rectángulo en gris refleja el precio pagado por los compradores en cada caso. En ausencia de renovables, la casación se produce a 48 €/MWh y en presencia de renovables, a 12 €/MWh, Fuente: Escuela de Organización Industrial

La curva de oferta de energía se forma aproximadamente así: empiezan ofreciendo energía los productores de energías renovables a coste cero ya que la energía que producen no se puede almacenar, por lo que la única forma de asegurar la entrada en el mercado es ofrecerla a ese coste. 

Por razones diferentes, también entra a coste cero la energía nuclear (una central nuclear no puede pararse, por lo que necesita vender toda la energía que produce, razón por la que entra en el mercado inicialmente a coste cero, al igual que las renovables). Después entran los productores de gas y/o carbón y al final, las hidráulicas de bombeo, energías que sí son almacenables y por consiguiente, sus productores pueden decidir el momento óptimo de entrada en el mercado para obtener el máximo beneficio posible por la venta de la energía.

Por lo que respecta a la curva de demanda, las comercializadoras comienzan ofreciendo adquirirla al máximo precio permitido (180,3 €/MWh) para asegurar que dispondrán de energía, ya que sus clientes, que somos nosotros, demandaremos electricidad para que funcione la nevera, la lavadora, la televisión, etc. A medida que hay energía en el mercado, los precios que se ofertan se van reduciendo.

Una vez efectuada la casación para la energía que se prevé necesaria para el día y la hora prefijada, todos los productores que entraron en la oferta recibirán la misma retribución, la de la última en entrar y por lo tanto, la de la más cara.

 De manera que las tecnologías que entran ofreciendo la energía producida a coste cero acaban obteniendo retribución por ella.
Merece la pena detallar la influencia que tienen las energías renovables en la formación de la curva de oferta de energía. 

Como estas energías entran en el mercado a coste cero, cuanto más energía renovable haya ofertada por parte de los productores, el efecto que tendrá es que la curva de oferta se desplace hacia la derecha de la gráfica, abaratando el precio de la electricidad, tal y como refleja perfectamente la figura de la derecha. Más adelante concretaré con cifras esta influencia sobre la parte correspondiente del “quesito” del recibo.

Los consumidores pagamos en esta parte del recibo un promedio de todos los valores de casación obtenidos en cada período de facturación (dos meses habitualmente), más el margen de beneficio de la comercializadora.

B. Impuestos aplicados

La electricidad paga en España el tipo máximo de IVA, el 21%, que es el mismo de la gasolina, el tabaco, el alcohol o los artículos de lujo. Como datos comparativos, el agua tiene un IVA del 10% y la mayoría de los alimentos del 4%.

El tipo medio para la electricidad en la Unión Europea es del 18%. En los países de nuestro entorno es el siguiente: 10% en Italia; 13% en Grecia; 18% en Francia y 23% en Portugal. 

Si, por ejemplo, en España el IVA fuera como el de Italia, el recibo que he tomado como ejemplo habría supuesto 77,6 € en vez de los 85,35 €. Se dirá que es el chocolate del loro, pero como se verá en el desarrollo de este artículo, aquí hay muchos loros reclamando su chocolate, de manera que disponemos de una verdadera avifauna.

C. Costes regulados

Según se ve en la figura que muestra el “quesito”, este concepto es el mayor del recibo e incluye tres grandes apartados:

    C.1 Incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos
Desde 2007, año en el que la participación de las energías renovables en el “mix” energético español es significativa, las primas recibidas por estas así como los beneficios económicos, contabilizados en términos de ahorros debidos al abaratamiento de la electricidad, las importaciones evitadas y los gases de efecto invernadero no emitidos, se desglosan en la siguiente tabla:

 Todas las cantidades reflejadas se expresan en millones de euros. En el momento de escribir este artículo, no se conocen aún las cifras correspondientes a 2014. Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Informe APPA 2013

 De la tabla anterior se deduce que entre 2007 y 2013, las energías renovables ahorraron por los tres conceptos señalados las siguientes cantidades: 31.580 millones de euros por el abaratamiento de la electricidad, 16.148 millones de euros por las importaciones evitadas y 2.725 millones de euros por las emisiones evitadas. 

Concretándo esta cuestión al recibo de la luz tomado como ejemplo en este artículo, las primas a las renovables me han costado 15,54 €, lo que significa el 18,2 % del total. Si en el “mix” energético no hubiera habido renovables (que parece que es lo que quieren algunos responsables políticos), lógicamente me habría ahorrado esos 15,54 €, pero el precio de la electricidad se habría encarecido en 13,59 €, si la relación entre primas y abaratamiento de la electricidad hubiera sido idéntica a la de 2013, de manera que las energías renovables son neutras desde el punto de vista del coste para el consumidor y para el país son beneficiosas en términos de ahorro de importaciones de combustibles fósiles, emisiones evitadas y un largo etcétera

Por el contrario, las nucleares no son neutras aunque también entren a coste cero; lo que explicaré con detalle en otro artículo.

 C.2 Coste de redes de distribución y transporte

La gestión del sistema de transporte y distribución corre a cargo de Red Eléctrica de España, empresa pública que ha recibido diversos reconocimientos nacionales e internacionales por la eficacia de su desempeño. Este concepto se traduce en 15,03 € en la factura del ejemplo citado al comienzo del artículo, algo más del 17% del total, porcentaje que se ha mantenido más o menos constante en los últimos años.

     C.3 Otros costes regulados

Este es un auténtico cajón de sastre donde caben un sinfín de conceptos, algunos verdaderamente peculiares. En el fondo, buena parte son en realidad subvenciones encubiertas a energías no renovables, aunque si se fija el lector en la parte correspondiente del “quesito” nada dice de esto. Describir con cierto detalle este apartado haría el artículo excesivamente largo, por lo que me limitaré a resumirlo brevemente:

Pagos por capacidad. Las centrales convencionales (gas y carbón) obtienen una remuneración extra por el mero hecho de existir, justificándose en que saber que existe esa disponibilidad introduce seguridad en el mercado. El sobreprecio pagado oscila entre 1.300 y 1.700 millones de euros por año.

Servicio de Interrumpibilidad. Cuando hay una fuerte demanda de energía en el sistema y para evitar posibles cortes de suministro a los pequeños consumidores (principalmente, los hogares), se obliga a la gran industria a reducir su consumo a cambio de una compensación económica. Supuso 550 millones de euros en 2014. Desde este año, se engloba en los costes de la electricidad, lo que supone un encarecimiento encubierto del precio que pagamos.

Costes extra peninsulares. Costes por hacer que el recibo de los consumidores insulares sea el mismo que el de los peninsulares. Alrededor de los 1.500 millones de euros por año.

Retribución del carbón nacional. Con objeto de mantener abiertas las cuencas mineras del noroeste de España, el precio al que se paga el carbón que alimenta estas centrales está subvencionado con el 2% del total, con lo que en el recibo del ejemplo, supone 1,7 €.

Déficit de tarifa. Es imposible resumir aquí que es el déficit de tarifa, hay magníficos artículos que lo explican. Al día de hoy, son 30.000 millones de euros que se les deben a las compañías eléctricas. Es un pago aplazado y pagamos una parte del mismo, con sus correspondientes intereses, en todos y cada uno de los recibos. Representa alrededor del 8% del total, de manera que en mi recibo supuso aproximadamente 6 €, más o menos la mitad del total del concepto “otros costes regulados”.

Espero haber introducido un poco de claridad acerca de las razones que justifican el precio de la luz. Parece evidente que algunos de los conceptos que incluye el recibo son lógicos e imprescindibles para el adecuado funcionamiento del sistema eléctrico; otros en cambio son más que cuestionables. 

Como con tantos otros asuntos, una adecuada información junto con una capacidad de modificación de aquellos aspectos susceptibles de mejora deberían formar parte de las decisiones que se tomen en torno a nuestro sistema eléctrico en un futuro próximo.

 El elevado precio de la electricidad en España no es una maldición bíblica frente a la que nada pueda hacerse, hay margen para lograr que ese bien esencial se convierta de una vez por todas en un producto de primera necesidad, con un precio acorde a su condición de tal."                (Ignacio Mártil, Catedrático de Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid, Econonuestra, 18/04/2015)

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