"La intervención del BCE para bajar las primas de riesgo desde 2012 y el
fin del austericidio en Bruselas desde el verano de 2013 ha permitido a
la economía española volver a crecer y crear empleo. La bajada del
precio del petróleo y la depreciación del euro tras el QE de Draghi han
dado un impulso adicional a la recuperación. (...)
No obstante, es una recuperación extraña. Hay deflación salarial y el
tipo de empleo que se está creando es extremadamente precario. Se
concentra en jóvenes y mayores de 50 años donde la desesperación les
fuerza a aceptar salarios de subsistencia. Sin embargo, en el último año
continuó la destrucción de empleo en el segmento de 25 a 35 años.
La
tasa de salida del mercado se ha moderado pero la tasa de entrada sigue
muy cerrada y un 25% inferior a 2007 antes de empezar la depresión. Y la
población activa se ha estabilizado pero continúa la emigración, señal
que nuestro mercado dista mucho de llegar a su normalización.
Las diferencias regionales se acentúan. La creación de empleo se
concentra en la costa por el turismo, especialmente en las islas, y en
aquellas regiones que tienen fábricas de automóviles, único sector
industrial que mantiene vigor en sus exportaciones. Sin los coches
nuestra producción industrial y nuestras exportaciones continúan cayendo
y en recesión.
En el último año se ha vuelto a crear empleo público y se ha reactivado
la construcción. Tras tres años de parálisis el año electoral ha animado
las obras.(...)
Hay que ser cuidado con el análisis de las tasas de crecimiento y mirar
los niveles. Serán necesarios muchos años de crecimiento para recuperar
niveles normales de empleo y entonces podremos decir que hemos salido de
la crisis. Mientras tanto es necesario medidas excepcionales para
atender la pobreza del 1,8 millones de hogares que tienen todos sus
miembros en paro y han perdido el seguro de paro. (...)
La subvención a la contratación ha favorecido la creación de empleo
pero a costa de ampliar el agujero de la Seguridad Social que se
aproxima a 35.000 millones. Y la creación de empleo público se hace en
un país con el segundo mayor déficit de la Eurozona, que en 2015 tiene
que recortarlo en 18.000 millones, que cerró 2014 con unos 10.000
millones de ingresos públicos menos de los previstos en el presupuesto y
encima ha bajado el IRPF en 6.000 millones.
España pide a gritos un plan de inversiones, como recomienda el FMI,
para sacarla del estancamiento secular y la deflación y necesita que el
plan sea europeo pero no presionar nuestra deuda pública del 100% del
PIB. Pero ir a Bruselas con 24% de paro, 5,5 millones de parados que
supone el 30% de desempleados de la Eurozona, emigración, con el partido
del gobierno enfangado en la corrupción y con un discurso triunfalista
dando lecciones al resto de socios ayuda a explicar que nuestra querida
España sea un país irrelevante en la toma de decisiones europeas." (
José Carlos Díez , El País,
23 ABR 2015)
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