"No hace mucho que Finlandia era
vista como una especie de utopía económica escandinava donde sus felices
ciudadanos gozaban de un gran estándar de vida al tiempo que su empresa
estrella, Nokia, parecía destinada a dominar el mercado global de los
teléfonos móviles.
Apenas unos años más tarde, la realidad es
bastante más lúgubre. El imperio telefónico de Nokia ha caído
estrepitosamente y Finlandia en su conjunto tiene problemas económicos
serios, con una caída en su PIB real de más de 6% desde 2007.
Aparte de Grecia, finlandia es el único otro país de la eurozona en recesión.
Tanto así que comentaristas como el premio Nobel de Economía Paul Krugman presentan a Finlandia como prueba de que los problemas del euro no se limitan a naciones endeudadas en el Mediterráneo como Grecia.
"El
desempeño económico ha sido muy pobre también en varias naciones del
norte de Europa con buenos indicadores de crédito", decía Krugman hace
unas semanas en su blog Conscience of a Liberal, publicado en el diario The New York Times. (...)
El Nobel argumenta que, al igual que Grecia, Finlandia ha sido
víctima de problemas que tienen que ver con la concepción misma del
euro.
El derrumbe de las ventas de teléfonos móviles de Nokia y
una caída similar en la industria papelera finlandesa han causado
estragos en la economía de ese país. (...)
En un caso normal, una estrategia para intentar salir del problema
sería una devaluación, que haría más baratas y más competitivas a las
exportaciones finlandesas.
Pero, tal como le pasa a Grecia, Finlandia no puede devaluar su moneda, por estar atada al euro.
Lo
que para Krugman prueba que "los problemas del euro… no fueron causados
por un arranque de irresponsabilidad fiscal" de los griegos, sino que
reflejan problemas fundamentales con su diseño.
Respetaron las reglas
Una posición similar esgrime Matt O'Brien en el sitio Wonkblog del diario Washington Post.
Finlandia ha jugado de acuerdo las reglas "pero de todos modos los
resultados han sido una catástrofe", dice el analista económico en el
diario de la capital estadounidense.
"La camisa de fuerza del
euro, en otras palabras, vuelve extraordinarios los problemas
ordinarios, como en Finlandia, y los problemas extraordinarios los
convierte en históricos, como en Grecia", agrega O'Brien.
El gobierno finlandés tiene otra opinión. Alex Stubb, el ministro de Finanzas en Helsinki, le decía al The New York Times que la incapacidad de devaluar debido a su membresía en la eurozona no es un inconveniente tan grave. (...)" (BBC, 24/07/2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario