"En la Eurozona, la tasa de inflación sigue lejos del objetivo del 2% y
la demanda interna muestra más signos de agotamiento que de
recuperación. El programa de “alivio cuantitativo” presentado por Draghi
en marzo de este año no ha producido resultados apreciables en el
conjunto de dicha área económica. Ante dicha situación Draghi ha
anunciado la prolongación del programa en cuestión más tiempo del
previsto. (...)
El objetivo perseguido era impedir que tuviese lugar una situación de
deflación en la Eurozona. En términos cuantitativos se trataba que la
inflación, medida por el índice armonizado de precios de consumo, se
aproximase al objetivo de una variación interanual del 2%. El objetivo
intermedio era conseguir una recuperación de la demanda efectiva que
alejase el fantasma de la deflación, en la que el crecimiento de la
economía puede llegar a detenerse. (...)
La tasa de inflación de la Eurozona en septiembre de 2015 volvió a
ser negativa. El crecimiento del PIB puede ser inferior al previsto.
Ante la ausencia de una política fiscal expansiva, Draghi hizo el
anuncio de que podría extender hasta un año más la política de
inyecciones de liquidez mediante compras de títulos en los mercados
secundarios y que podría reducir más los tipos de interés practicados.
Con la política de “alivio cuantitativo”, las compras de activos por
los bancos centrales vienen a ser una forma de hacer más efectiva la
política monetaria cuando los tipos de interés están próximos a cero,
que es su más bajo nivel. Al reducir al disponibilidad de activos por
las compras que realiza, dicha política hace que los inversores se
desplacen hacia otro tipo de activos.
Esto eleva sus precios y hace
bajar la rentabilidad (Martin Wolf, “Monetary Policy: An unconventional
tool”, FT, 5.10.2014).Dicho desplazamiento hace que la economía
presente a la vez signos de debilidad mientras que suben los precios
de la bolsa y de los activos inmobiliarios.
En 2015 conviven en la Eurozona una política monetaria muy expansiva,
unos tipos de interés muy reducidos y una ausencia de inflación. Para
superar dicha situación es preciso lograr un fuerte estimulo de la
demanda. No parece que la política de inyecciones de liquidez
desarrollada desde marzo haya dado resultados significativos.
Dicha política equivale a un medicamento con efectos secundarios no
insignificantes. Si para lograr que los precios se aproximen al objetivo
de un aumento anual del 2% hay que inundar de liquidez los mercados y
los bancos, estos últimos apenas pagarán por los depósitos.
La crisis
de la vivienda, derivada de fuertes compras especulativas, ha visto a
cientos de miles de personas en Londres luchar contra los crecientes
alquileres y los mayores precios de las viviendas (The Guardian
26.10.2015). En España ha bastado con una mayor presencia de inversores
en el mercado, para que los precios de las viviendas vuelvan a subir,
por más que haya una abundante oferta de viviendas de segunda mano a
la venta.
Una política fiscal más expansiva, junto a una extensión de las
compras de títulos a bonos de empresas y también a deuda publica
destinada a financiar obras públicas, podrían producir efectos
estimulantes de la demanda. Esto puede ser más efectivo que la
prolongación temporal del uso de un instrumento que ahora contribuye
más a fomentar la especulación que a reactivar la demanda de la
economía."
(Julio rodríguez López, Attac España, 08/11/15. Una versión de este artículo se publicó en la revista ElSiglo el 2 de noviembre de 2011)
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