"Uno de los pilares del sistema de dominación de la Troika en la Unión Europea es la amenaza
de que los países que salgan del sistema euro verán devaluado el valor
de su moneda sustitutoria afectando los ahorros de las clases medias,
que son las que marcan habitualmente el voto en elecciones y por tanto
escogen los partidos políticos que van a gobernar.
Como se ha visto en Grecia, es muy difícil construir
un discurso con posibilidades de llegar a ser mayoritario a partir de
la propuesta de salir del euro, pues la falta del componente de la
experiencia hace muy difícil evitar que triunfe el discurso del miedo. (...)
En una sociedad que se habitúa a las ventajas cotidianas del euro,
como son la realización de intercambios económicos en buena parte de
Europa sin tener que realizar un cambio de moneda, que siempre implica
costes para los consumidores, es difícil hacer extender el discurso de
que iremos a mejor con otra moneda, si ésta no es a la vez tan europea
como lo es el euro.
En este contexto, creo que de entrada hay un problema de
planteamiento, que nos llega por la combinación de dos elementos. Uno es
esa tendencia que tenemos en el pensamiento racional de Occidente de plantear las opciones como duales. Estar en el euro o no estar. Depender del BCE o no depender, ...
El otro elemento es la falta de conocimiento general
en la mayoría de la población y entre ellos políticos, periodistas y
muchos de los economistas en relación a cuestiones monetarias y
relacionadas con el crédito, que dificulta muchísimo que se extienda un
imaginario monetario que salga de esta dualidad.
Por eso, quiero contribuir a la divulgación de este imaginario pendiente; a expresar la posibilidad de que exista un plan C, entendido como una opción en que se construye un sistema monetario que permita generar soberanía económica a los pueblos, sin que ello sea a condición de desvincularse del euro.
De hecho, ¿qué nos impide, que montemos un sistema monetario común en
toda Europa que ayude a construir una economía centrada en las
personas?
Quizás tenemos algunas barreras mentales, que no son reales.
Las infraestructuras, las tecnologías, y el conocimiento necesarios
para montar un nuevo sistema monetario en el seno de Europa, no son
accesibles sólo por los Estados sino que ahora mismo están en manos de
múltiples actores de la sociedad civil.
El hecho es que nada impide que en los países europeos donde está el euro su gente utilice también otra moneda común. De hecho, algunos ya lo están haciendo con el Bitcoin y este ejemplo está demostrando que es factible hacerlo hoy.
De acuerdo, el Bitcoin no es la herramienta monetaria de cabecera
para construir un sistema económico justo y solidario, aunque ayuda a
allanar el camino y demostrar que otras monedas internacionales no sólo
son posibles sino que son una realidad, camino que algunas estamos
aprendiendo a hacer más plano también con faircoin, que si bien, no es
suficiente, nos ayuda a aprender a poner la tecnología que hay detrás,
al servicio de la transformación social. (...)
Quizás se argumentaría que la capacidad de realizar políticas para
toda la población está muy limitada si la fuerza de una nueva moneda no
cuenta con un Estado detrás.
De acuerdo, no es el objetivo de este artículo el debate entre Estado
y autogestión y podemos suponer que sea deseable que un Estado lo
adopte. Ahora bien, si esto no es posible aún, ¿qué es más deseable:
desarrollarlo sin contar con un Estado o quedarse sólo con el dualismo
Euro - Drachma?
De hecho, bien probablemente si hubiera un sistema monetario europeo
compartido en toda Europa que no dependiera de los Estados y compitiera
con el Euro, Grecia lo adoptaría. Al menos la Grecia de la primavera de
este año. La de Varoufakis para ser más claros. (...)
Y, luego, en el futuro sería bien probablemente la opción
imprescindible, para disfrutar de plena soberanía, superando el límite
debate sobre estar dentro o fuera del euro y de la UE, y generando la
capacidad real de recuperar los derechos sociales del común de los
habitantes de Europa, sin que ningún poder fáctico pueda pararlo.
Así pues, ni dentro ni fuera, sino todo lo contrario.
Para ello, será necesario que diseñemos un sistema monetario europeo
(¡o global!). Con la misma seriedad, rigurosidad y uso práctico que
pueda tener el euro, pero mejorando sus principales defectos.
Por ejemplo, esta nueva moneda podría entender el crédito como un bien común que debe garantizarse sin intereses
y que en lugar de poderse crear sólo por los bancos, el dinero se pueda
crear de forma descentralizada, vinculada a la actividad productiva y a
la confianza en instituciones cercanas a la ciudadanía y en entidades
propias de la sociedad civil.
Una nueva moneda que en su ADN fundacional no permita que unos poderes supraestatales dominen sobre las economías locales.
Si juntos lo hacemos, será cuestión de tiempo que algún Estado, o
proyecto de Estado, que lo necesite, la adopte también aunque tenga que
buscar la forma jurídica de hacerlo sin competir con el euro en cuanto a
oficialidad, porque la Troika no se les pueda echar encima.
Lo podemos hacer posible si nos juntamos para ello un amplio abanico
de las fuerzas antiausteridad que existe en los países de la UE.
Una
alianza rica y diversa en la que participen desde movimientos de la
economía solidaria, hasta Ayuntamientos; que incorpore desde movimientos
políticos anticapitalistas pasando por todo aquel tejido productivo
local que sobrevive al poder de las corporaciones.
Una vez recuperada la soberanía monetaria, nada podrá detener que
acompañados de ésta caminen sin detenerse hacia una comunidad
socioeconómica de los pueblos de Europa, que ponga la cooperación y la
solidaridad entre los seres humanos en el centro de nuestra vida en
sociedad .
Algo en esa dirección están sugiriendo también Yannis Varoufakis y
otros políticos europeos de la izquierda transformadora; que si bien
manifiestan que la democratización del euro como su primera prioridad, a
la vez reconocen que no se puede generar presión suficiente sobre las
instituciones de la UE, sino se cuenta al mismo tiempo con la
independencia y la fuerza de contar con otras monedas de ámbito europeo.
Para ellos, es el plan B, para otros puede ser el plan C, pero le
llamemos como le llamemos, lo que es importante es que desde ámbitos muy
diversos queremos construir esta nueva infraestructura monetaria para
Europa, y que el momento es ahora." (Enric Durán
, Diagonal, 28/10/15)
Más información sobre monedas alternativas:
Existe una descripción con mucho humor, de economía-ficción,
sobre los beneficiosos efectos que se producirían si en Italia, el gobierno
impusiera una moneda digital (allá por el 2020), para salir de la quiebra
económica y política a la que la permanencia en el euro habría llevado al país.
El objetivo se conseguiría rápidamente. Los únicos perjudicados, los especuladores de la deuda. Ver: J. D. Alt: ‘Europa, 2020: una ucronía iluminadora’. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5467 )
Los artículos de Juan José R. Calaza (Juan José Santamaría y Juan Güell) muestran con
gran claridad las ventajas de una europeseta electrónica para salir de la crisis:
- Para entender la europeseta electrónica. Qué es y, sobre todo, qué no es. Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2012/12/02/entender-europeseta-electronica/720458.html
- ·Para salir de la crisis sin salir del euro: España debe emitir europesetas (electrónicas). Enlace: http://www.farodevigo.es/opinion/2011/11/27/salir-crisis-salir-euro-espana-debe-emitir-europesetas-electronicas/601154.html
- Las europesetas electrónicas, complementarias al euro, estimularán el crédito sin efectos colaterales perversos. Enlace: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=165815
Juan Torres insiste en que es necesario emitir una moneda complementaria al euro. Sus
artículos:
- Marear la perdiz. Enlace: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/02/08/andalucia/1360327224_588117.html
- Hay alternativas, incluso dentro del euro. Enlace: http://juantorreslopez.com/publicaciones/hay-alternativas-incluso-dentro-del-euro/
Más información en: 'Si Grecia, España, o
Andalucía emitiesen una moneda digital, respaldada por la energía solar
instalada en sus tejados, alcanzarían la soberanía financiera. La de dar
créditos a familias y empresas': http://comentariosdebombero.blogspot.com.es/2014/06/si-una-autonomia-o-una-gran-ciudad.html
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