11.3.16

Draghi dispara medidas a la desesperada por miedo al frenazo de la economía global


"(...)  Certifica que el motor de la economía mundial no termina de carburar. Más bien todo lo contrario, porque se teme un frenazo ante el que las autoridades monetarias se rebelan disparando más munición monetaria. Incluso a la desesperada, como hizo ayer el BCE. (...)

Draghi ligó este despliegue a que "los riesgos sobre las perspectivas de crecimiento de la eurozona están inclinadas a la baja". "En particular", añadió, "están relacionados con el incremento de las incertidumbres en la economía global, así como con los mayores riesgos geopolíticos".

 Lo dijo el banquero italiano. Pero no fue distinto a lo que manifestaron el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, o el del Banco de Suecia, Stefan Ingves. Para justificar sus recientes actuaciones, todos aludieron a las dudas sobre la economía mundial, traducidas por ahora en mayores presiones deflacionistas y en unas previsiones de crecimiento más contenidas y ante las que los bancos centrales intentan vacunarse con más estímulos monetarios. (...)

"El reciente incremento de la volatilidad podría estar señalando preocupaciones más profundas", reconoció este jueves José Viñals, director del departamento monetario y de mercados de capitales del FMI. "Refleja una reasignación de los riesgos relacionados con el crecimiento mundial y la estabilidad.

En particular, es un síntoma de que los mercados financieros están valorando unos riesgos crecientes de caer en un escenario de crecimiento considerablemente más bajo, así como una pérdida de confianza en la capacidad de las políticas de las economías avanzadas para mantener la economía en el camino correcto", añadió.  (...)

Ante estos riesgos reales -menor crecimiento y presiones deflacionistas- y potenciales -un accidente aún no producido-, la sensación es que los banqueros centrales están volviendo a ser mucho más sensibles que las autoridades económicas. De ahí las acciones monetarias que se han sucedido en las últimas semanas, que perpetúan la adicción de los mercados y la economía mundial a sus medidas, pero que, a su vez, también denotan debilidades.

Estas actuaciones delatan que los bancos centrales están apurando sus capacidades, que tienen que moverse con contundencia por la pérdida de efectividad de unas medidas que compran tiempo pero no garantizan una recuperación estable y, en especial, que están asumiendo unos riesgos de incalculables consecuencias.

 "La realidad es que el BCE no es la panacea a los actuales desafíos en la Eurozona y los riesgos vinculados a su política ya empiezan a superar sus potenciales beneficios", advierten desde Intermoney, en un mensaje que es extensible al resto de los bancos centrales.

Los inversores, de hecho, percibieron este reguero de dudas en la sesión de ayer, puesto que la euforia inicial con la que celebraron las iniciativas del BCE terminó apagándose al cierre de la jornada.

Entre los expertos, de hecho, abundan las críticas por el contraste entre las urgencias de Draghi y la actitud mucho más pasiva por parte de las autoridades políticas.

 "La última jugada del BCE demuestra que la confianza es baja y que se necesitan medicinas cada vez más fuertes para tratar de restaurarla. Preferiríamos ver acciones para impulsar la inversión y la innovación a través de medidas presupuestarias", matiza Jean-Sylvain Perrig, director de inversiones de UBP.

 "Las medidas del BCE no serán suficientes para resolver los problemas. Los distintos países de la zona euro deben seguir trabajando en la implementación de las reformas estructurales y en políticas fiscales que favorezcan el crecimiento económico", añade Aurelio García del Barrio, doctor en Economía y director del Global MBA con Especialización en Finanzas del IEB."             (Pedro Calvo, El Confidencial, 10/03/16)


"(...) Las verdaderas novedades son los planes para adquirir bonos corporativos y el nuevo programa de préstamos, que bajo determinadas condiciones lo que hará es pagar a los bancos por pedir dinero al BCE, siempre y cuando den crédito a la economía real. 

El Banco Central se está centrando en el crédito dentro de sus esfuerzos para aumentar el crecimiento y la inflación. (...)

Pero estos programas pueden no ser un remedio infalible para los problemas de Europa. Las compras del BCE de bonos corporativos emitidos en la eurozona pueden fomentar un aumento de las emisiones en euros de empresas estadounidenses, que han vendido bonos en Europa para financiar medidas favorables para los accionistas como las recompras de acciones. 

 Algunos actores del mercado temen que el BCE pueda agravar los problemas de liquidez de los bonos corporativos. Por su parte, los nuevos planes de financiación condicionados del BCE, pese a su mayor atractivo, dependerán de que los bancos deseen dar crédito, y las compañías de la eurozona solicitarlo. (...)

Los mercados se alegraron inicialmente; el euro cayó, las acciones subieron, los diferenciales de crédito se redujeron y la rentabilidad de los bonos públicos del sur de Europa cayó con fuerza. 

Pero casi todos estos indicadores se dieron la vuelta durante la rueda de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi. Esto fue debido en parte a que el banquero central indicó que los tipos podrían no bajar más -poniendo así límite de forma implícita al margen de maniobra del BCE.  (...)

El crédito a la banca y las emisiones de bonos corporativos serán barómetros clave a vigilar.Pero la mala comunicación y la complejidad añadida van en contra del BCE. Aparte de eso, los problemas de crecimiento estructural de Europa persisten, al igual que los riesgos políticos. Hay un límite a lo que el BCE puede hacer"             (Richard Barley, Wall Street Journal, en Expansión, 10/03/16)

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