18.5.16

En España, la probabilidad de recibir una pensión privada digna es aún más baja que en el sector público

"(...) Los grandes grupos financieros, especialmente compañías de seguros, suelen regar de forma muy generosa a todos los que abogan por abolir el sistema actual de reparto y transformarlo en un sistema de capitalización puro, en el que cada individuo gestione su ahorro, si es que puede, y se lo entregue a esos magos de las finanzas que año a año van erosionando, eso sí en silencio, nuestro ahorro, aunque nos entreguen unas magníficas sartenes a finales de cada ejercicio.  (...)

 La gran paradoja es que cuando se habla del problema demográfico y se ponen encima de la mesa las estimaciones actuariales del sistema público, estas son utilizadas por los precursores de la desconexión de lo público, para demostrar la inviabilidad del propio sistema público, siempre bajo la trampa del ceteris paribus tan utilizado por los economistas, también se oponen a implementar medidas correctoras. Por ejemplo, en el caso de las prejubilaciones.

 Las mayores empresas de este país, como ahora se apresta raudo el sistema financiero en bloque, son las que han lanzado, y van a lanzar a la inactividad a miles de trabajadores, sin que nadie lo penalice.  (...)

Estos procesos de prejubilación merman ingresos a las arcas públicas y, en el pasado, suponían cargas adicionales para el erario público, gracias a las puertas giratorias que permitían aprobar normas ad hoc para muchas de estas multinacionales. (...)

Otro elemento que con frecuencia se esgrime es la baja natalidad que tenemos en España. De nuevo, Francia es un ejemplo. ¿Cómo ha mantenido Francia una tasa de natalidad mucho más alta que el resto de países europeos?

 Pues sencillamente con una mezcla de legislación positiva y gasto público en fomentar el nacimiento de más hijos, obligando a las empresas a permitir la conciliación personal y familiar. Este tipo de políticas también permite la holgura financiera del sistema francés y la posibilidad de jubilarse antes que sus homónimos europeos. 

Por supuesto, que la tendencia decreciente del empleo y los salarios presionan al sistema y obligarán a implementar reformas puntuales, pero en ningún caso tan drásticas como las que tendremos que acometer en España. Este modelo de ayudas públicas, que permite controlar por niveles de renta, es estigmatizado recurrentemente por los libertarios.  

(...) si uno analiza las cuentas financieras y ve la capacidad de ahorro de la mayoría de familias de este país, resulta insultante dicho argumento. No hay que olvidar que, por ejemplo, 5,7 millones de personas en España malviven con una cantidad equivalente al salario mínimo (algo más de 9.000€ al año) y el salario modal (más frecuente) apenas supera los 15.000€ año (eso sí datos algo retrasados), se puede hacer una aproximación de la capacidad de ahorro que pueden tener las familias españolas para su jubilación. 

Además, con una volatilidad e inestabilidad del empleo como la que tenemos y la propensión a la prejubilación consentida, como la que tienen las grandes empresas en España, la probabilidad de recibir una pensión privada digna es aún más baja que en el sector público. (...)

Lamentablemente es un juego de conflicto puro lleno de apriorismos y medias verdades, y por supuesto infinidad de contradicciones. Pero lo más grave es que confunden a muchos ciudadanos sin mucha formación financiera que entran en pánico cada vez que les dicen que el sistema público está en quiebra, pero al mismo tiempo aplauden que le prejubilen, le bajen el salario o despidan a su pareja porque se ha quedado embarazada.

 Y todo ello con el aplauso de los mismos que hablan de los riesgos de la demografía, la baja natalidad y la insostenibilidad de todo el sistema público de servicios que favorecen la equidad y la solidaridad intergeneracional, por supuesto con las oportunas reformas para mejorarlo."           (Alejandro Inurrieta, Vox Populi, 10/04/16)

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