"(...) Detrás de la larga lista de políticos y hombres de negocios salpicados por los papeles de Panamá encontramos la mano de un banco, generalmente sistémico, que mece la cuna. Es la enésima consecuencia indeseable del intenso proceso de financiarización
en el que estamos inmersos. Y no olvidemos que al final todo,
absolutamente todo, está interrelacionado.
La crisis sistémica, el
incremento y persistencia del desempleo, la ausencia de inversiones
productivas, el crecimiento económico mediocre, el hundimiento de la
productividad, la constante y creciente inestabilidad financiera, el
incremento de la pobreza, el aumento de la desigualdad, los paraísos
fiscales… (...)
Planteemos una hipótesis de trabajo. Lo que estamos viendo estos días
no tiene nada que ver con que unos pocos empleados del sector bancario y
leguleyos se salten la ley, colocando en una posición embarazosa a sus
empresas y/o a los reguladores.
Quizás debamos considerar que la mejor
explicación en realidad tiene que ver más bien con la existencia de dos partes cooperantes, el mundo financiero/legal y gobiernos de distinto pelaje, que han estado trabajando codo con codo, desde un principio, para crear y permitir la existencia de los paraísos fiscales. Lo sé, esta hipótesis de trabajo es muy fuerte. Pero si fuera cierta, ¿les sorprendería? ¡A qué no!
Bajo esta hipótesis de trabajo, en definitiva, tanto el sistema financiero como el sistema jurídico mundial, junto con gobiernos de distinta naturaleza, habrían sido socios en el lavado de dinero y evasión de impuestos como una cuestión no declarada de política económica. Simplemente habría sido el procedimiento por el cual las élites se beneficiarían.
Siguiendo con esta hipótesis, las únicas personas que en principio lo desconoceríamos seríamos nosotros, es decir, la ciudadanía
de todos y cada uno de esos países, a los que se les dice
machaconamente que tienen que pagar sus impuestos, aceptar recortes
porque no están pagando suficientes impuestos, y obedecer las leyes y
respetar a esa superclase. (...)
Los grandes beneficiarios de todos los recortes impositivos son los mega-ricos,
que bajo el nuevo lenguaje, han pasado a denominarse “gente
trabajadora”. Y de estos lodos, estos barros. No lo olviden, todo está
relacionado: paraísos fiscales, inestabilidad financiera, desigualdad,
pobreza, descenso de la productividad, hundimiento de la inversión en
capital y desarrollo… ¿Hasta cuándo lo soportaremos?
De nosotros
depende. Si les sirve de ejemplo, los intrépidos islandeses nos muestran de nuevo el camino." (Juan Laborda, Vox Populi, 13/04/16)
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