30.6.16

El 'derecho a decidir' ha apartado a una parte de los electores de Unidos-Podemos, especialmente en Madrid, en las comunidades más pobres y también en el País Valenciano, dónde el anexionismo catalán es visto con recelo

"(...) Lo más intrigante de estas elecciones es que los resultados se alejan de forma significativa de lo vaticinado por todos los sondeos, incluidos los realizados a pie de urna inmediatamente después de que los ciudadanos emitieran su voto.

La situación ha creado tal inseguridad que nadie se atreve aún a dar una explicación de lo que ha sucedido.(...)

(1) El intento de formación de un gobierno con Ciudadanos por parte de Pedro Sánchez situó a Podemos frente a la encrucijada de apoyarlo de forma pasiva -absteniéndose en las investidura- o bien votando en contra de dicha investidura. La dirección de Podemos decidió no apoyarlo, lo cual llevó a la repetición de las elecciones.  (...)

(2)  Unidos Podemos no ha desarrollado una estrategia destinada a explorar de forma sistemática las zonas y ambientes políticos -sobre todo localidades medias y pequeñas- en las que el PSOE conserva una reserva importante de votos.

 La teoría del “desbordamiento ciudadano”, que ha funcionado en parte en las grandes ciudades y que sugería la posibilidad de un sorpasso recurriendo solamente a los discursos electorales, no ha sido suficiente. 

La razón es que, si bien existe una crisis del sistema de partidos, esta  no es comparable a la que se dio en los países latinoamericanos.  En vez de darle visibilidad y protagonismo a los espacios de los socialistas disidentes como Alternativa Socialista, se ha intentado reforzar el referente socialista de la coalición recurriendo a personas que nunca han sido socialistas.

 De esta forma la coalición ha subestimado la importancia del factor identitario entre una parte del electorado socialista. Esto ha facilitado el rearme identitario del PSOE, sobre todo en algunas provincias andaluzas dónde el voto socialista o se ha mantenido o, incluso, ha aumentado como en Córdoba, Málaga o Cádiz. Nuestra reiterada insistencia en este asunto (por ejemplo  http://asteinko.blogspot.com.es/2016/03/dos-flecos-sueltos-la-hegemonia-en-la.html) ha caído en saco roto. 

(3) La indefinición de la propuesta de configuración estatal-territorial, que lleva a plantear el  “derecho a decidir” de forma intransitiva (paradigmática aquí la posición de Vicenç Navarro) ha apartado a una parte de los electores de Unidos-Podemos, especialmente en Madrid, en las comunidades con la renta per capita más baja y también en el País Valenciano  donde la dinámica independentista en Cataluña es vista en parte con recelo debido a su vinculación a una suerte de neoexpansionismo catalán a algunas zonas del antiguo reino de Aragón.  

Pero esto no ha sido así en aquellas zonas del Estado donde la población ya vive en un entorno con una identidad plural y bilingüe que permite superar los asfixiantes enfrentamientos identitarios entre españolistas e independentistas y encauzar un nuevo proyecto identitario compartido y solidario. 

En estos territorios Unidos Podemos y sus confluencias han conseguido o bien mantener los resultados del 20-D como en Cataluña, o incluso mejorarlos ligeramente en Euskadi (+0,18) y, sobre todo, en Navarra (+1,23). En Galicia, las pérdidas de votos han sido menores que la media del Estado y en el País Valenciano  están ligeramente por encima de dicha media probablemente debido al factor señalado (-2,89 y -3,89 respectivamente).

 En general el voto independentista ha disminuido en Euskadi y Navarra, y en Cataluña se ha redistribuido entre Convergència y Esquerra. El que las confluencias en estos territorios hayan salido reforzadas abre la puerta a un proceso esperanzador de refundación identitaria y territorial de todo el Estado que permitirá plantear el “derecho a decidir” de forma transitiva. 

Por ahora ese proyecto no se ha puesto en marcha, lo cual seguirá creándole inseguridad a una parte del electorado potencial opuesto al neoliberalismo.

 (4) Se puede especular razonablemente sobre la posibilidad de que los que han encargado las encuestas electorales le hayan pedido a las empresas de demoscopia que sobrerrepresenten en su muestra a aquellos territorios en los que Unidos Podemos tienen más apoyos electorales. 

El objetivo podría ser movilizar a los electores más conservadores, incluidos a los electores socialistas que no simpatizan con Podemos utilizando el argumento del miedo. Dado lo ajustado de los resultados sería suficiente con que este mensaje calara en una parte pequeña de estos electores para alcanzar los objetivos. Si fuera así, la estrategia habría dado resultado. 

En en un sentido similar -movilizar al votante potencialmente asustado- habría actuado el resultado del referendum del Brexit. El carácter imprevisible de las consecuencias de esta consulta podría haber asustado a una parte de los electores sobre las consecuencias, también imprevisibles, de una “consulta” intransitiva tal y como la ha venido planteado Podemos en los últimos meses como propuesta de solución al problema nacional. (...)"               (Armando Fernández Steinko, 28/06/16)

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