26.7.16

La resistencia y la contestación ciudadana a las políticas de austeridad siguen creciendo en los países del sur a medida que la utilidad de la Eurozona se diluye

"(...) Se conocen también los resultados obtenidos con las políticas de austeridad aplicadas en los últimos 6 años: una segunda recesión de la UE entre 2011-2013 que no se contagió al resto de economías avanzadas ni al conjunto de la economía mundial y que afectó especialmente a los países del sur de la Eurozona que sufrieron extremistas recortes del gasto y la inversión del sector público para reducir el déficit de las Administraciones Públicas; tasas de paro que en España doblan las de la UE y que afectan especialmente a jóvenes, mayores de 55 años y personas de menor formación y cualificación laboral; y una fuerte presión sobre los costes laborales encaminada a contener la demanda doméstica y equilibrar las cuentas exteriores.

Los impactos sociopolíticos de la austeridad

La resistencia y la contestación ciudadana a las políticas de austeridad siguen creciendo en los países del sur de la Eurozona y poniendo en cuestión las bases sobre las que se sustenta su imposición y un control de la Comisión Europea sobre los presupuestos nacionales que no cuadra con ningún tipo de concepción democrática.

Los riesgos de inestabilidad política y crispación social aumentan a medida que la utilidad de la Eurozona se diluye, crece la heterogeneidad entre los Estados miembros y desaparece la movilidad del capital que la justificaba. Como, además, muchos gobiernos de la Eurozona siguen atrincherados en la defensa de unos esquemas de austeridad presupuestaria y reducción de costes laborales que impactan especialmente sobre los sectores sociales más vulnerables, la indignación ciudadana se extiende.

Especialmente en los países del sur de la Eurozona que han padecido los mayores ajustes y en los que se percibe un claro contraste entre los sacrificios que se exigen a la mayoría social y la manga ancha con la que se ha tratado la corrupción de las élites políticas y económicas hasta que despertó la ciudadanía.

Lo que en los países del sur de la Eurozona toma la forma de indignación y reivindicación de mejores políticas y mejores instituciones comunitarias, en buena parte de los países del centro de la Eurozona se presenta como reclamación soberanista, capitalizada fundamentalmente por una derecha xenófoba que presiona a favor de repatriar competencias cedidas a las instituciones europeas y, en último término, salir del euro y recuperar la plena soberanía sobre su moneda. (...) "             (Gabriel Flores, Público, 01/06/16)

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