"(...) ¿Será una casualidad que los trabajadores y barrios populares hayan votado mayoritariamente por el Leave,
mientras que los barrios burgueses y acomodados hayan hecho exactamente
lo contrario? Ahora alguien, de "izquierda", nos dirá que el malestar
social no depende sólo de la Unión Europea. Gracias, ya lo sabíamos.
Pero esa '' Europa” que tanto amas, ¿no es quizás la que mejor garantiza
el predominio del capital, la explotación de los trabajadores, el pleno
despliegue de la desigualdad social ?
De esto también hay que
estar informado. Por lo menos tanto como los millones de proletarios que
- menospreciando la posición patética de Corbyn - han votado por la
salida de la UE. Pintoresco, desde este punto de vista, la actitud de
muchos comentaristas que ayer - mientras tenía lugar la votación - no
sabían explicarse el por qué de esta polarización de clase, en su
opinión un "mundo al revés", ya que de acuerdo con su relato " Europa
protege a los más débiles ".
Pequeña digresión en clave
italiana: esta notable polarización del voto entre las zonas pobres y la
más ricas, no es casual que recuerde la victoria del Partido Demócrata
en los Parioli (barrio rico) y la del M5S en los suburbios romanos? Es
evidente que el fenómeno es el mismo, y se llama revuelta contra las
élites, en contra de la verdadera casta social que siempre se las
arregla para imponer sus privilegios, en contra de la clase política que
representa los intereses de esa élite.
Ahora pretenden
distraernos con los movimientos de los mercados financieros, violentas
fluctuaciones, pero normales, puesto que los amos de las finanzas tenían
puestas sus ilusiones, hasta ayer por la noche, en el éxito del Remain. Pero si sus señorías tiemblan, es por otra razón, puramente política.
Todo el mundo sabe que la UE tiene ahora la pelota, y que esto podría
ser sólo el comienzo de un proceso disgregador sin fin. Y todo el mundo
sabe que el resultado del referéndum británico no es el resultado
peculiar de un pueblo extraño, sino un síntoma inequívoco de la
incurable enfermedad representada por el cáncer europeísta.
Y
entonces, ¿dónde está lo extraño? Por supuesto, a los Euristas no les
gusta recordar, pero cada vez que la gente fue capaz de expresarse
(Francia, Holanda, Irlanda, Grecia) han dicho que no siempre a la Unión y
sus tratados. ¿Una casualidad? ¿Mala percepción de los pueblos "poco
preparados para la democracia "? ¡Pero, por favor ...! (...)" (Emmezeta, en Rebelión, 30/06/16)
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