26.7.16

Trump es la versión estadounidense del Brexit, o el Brexit, la versión británica de Trump.

"(...) Todo el mundo sabe que Hillary no es una candidata atractiva. No sé cuántos amigos míos me han dicho que van a votar por ella “con la nariz tapada”. Trump es tal vez el único republicano al que Hillary puede derrotar. Por otra parte, Hillary es tal vez la única demócrata a la que puede derrotar Trump.

En términos generales, esta polarización tiene dos tipos de motivos, uno común a muchas democracias occidentales y el otro exclusivo de Estados Unidos. El populismo actual explota el descontento de las personas más pobres y menos formadas, en su mayoría blancas, que se sienten marginadas por las consecuencias de la globalización.

Los sentimientos de los trabajadores que apoyan a Trump son comparables a los que votaron por el Brexit en las ciudades pobres posindustriales del norte de Inglaterra. Achacan sus problemas a la inmigración y a unas clases dirigentes remotas y metropolitanas. (...)

Las encuestas realizadas por el American National Election Study muestran que, si bien en 2002 solo un tercio de los entrevistados creía que Estados Unidos estaba gobernado por “unos pocos”, este año, son tres cuartas partes de la población las que lo creen, y el 58% piensa que muchos de los que dirigen la Administración están corruptos. 

Según los sondeos de YouGov, la opinión de que la clase dirigente es corrupta predomina entre los republicanos que ganan menos de 50.000 dólares al año y no tienen más que una educación secundaria. Es decir, la infantería de Trump. En este sentido, Trump es la versión estadounidense del Brexit, o el Brexit, la versión británica de Trump.

Pero luego está un dato propio de Estados Unidos, que es que, aunque la mayoría de los votantes, como en Europa, se inclina más bien hacia el centro, el sistema político crea la máxima polarización, mientras que la política europea (al menos, hasta hace poco) siempre ha tendido a acercarse a ese centro en el que están los votantes. (...)"               ( , El País, 22/07/16) 

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