30.9.16

“Hay dos soluciones a los refugiados: la civilizada y la de extrema derecha”... pero “la Unión Europea está legitimando el discurso del odio”

"(...) Para los que creen en la Unión Europea, para quienes Europa es un sueño, como es mi caso, lo que está pasando te avergüenza. El sueño se empezó a topar con el tratado de Maastricht, que proponía una Europa estrictamente economicista.

 Pensaba que íbamos a llegar a una Europa política y nos presentaron una Constitución que era en realidad un plan de ajuste estructural de los países, sin visión de futuro. Cuando llegó la crisis todo eso estalló.

Hemos visto que Europa estaba totalmente desunida, no hemos tenido una política común para manejar los efectos del euro, que han sido gestionados solo por Alemania y Francia, con dos jefes de Estado decidiendo solos e imponiendo sus decisiones al resto y una política de austeridad que ha incrementado los efectos de la crisis en vez de combatirlos, lo que ha producido más de 12 millones de parados.

Después de eso, la crisis de los refugiados, ahora el Brexit... Está claro que hay un problema de solidaridad intereuropea y yo me temo que si los europeístas de verdad no toman las riendas del futuro de la UE podemos acabar con el proyecto.

Creo en la necesidad absoluta de revisarlo y poner por encima de todo dos elementos clave: primero, tratar de solucionar los problemas de Europa en el mundo y tener una política común de gestión de las fronteras, frente a los grandes problemas de seguridad.

 Y por otro lado, poner en el centro de la UE la aceptación de valores comunes que tienen que ver no solamente con los refugiados y con la demanda de solidaridad internacional, sino también con el modelo económico que elijamos. Necesitamos un modelo socioecológico mucho más desarrollado para que la gente pueda creer que Europa es una solución y no un problema.  (...)

R. El auge de la extrema derecha hoy no es debido a los refugiados. Los refugiados son el combustible de los partidos de extrema derecha para desarrollarse. El problema fundamental es el económico y social: la destrucción de servicios públicos precisamente por la política ultraliberal de Merkel y su partido que han impuesto a países como Italia, Grecia, España. Esto supone un divorcio cada vez más grande de la ciudadanía con esa política. Y lo que pasa con los inmigrantes y los refugiados es emblemático.  (...)

Ahora hay tres peligros muy importantes. Primero, cómo se va a gestionar el Brexit, porque va a servir de ejemplo para muchos otros países si no somos capaces de proponer algo nuevo para los europeos. Segundo, cómo gestionar la cuestión de los refugiados. Y el problema es sencillo: o de manera civilizada o no civilizada. No hay otra solución.(...)

¿Lo vamos a solucionar con los argumentos de la extrema derecha o con los argumentos de la solidaridad y civilización? Tercero: cómo solucionar el tema económico. Es imposible hoy volver a una política de pleno empleo si no somos capaces de integar la dimensión ecologista, social, medioambiental. Hay que relanzar la industria, pero qué tipo de industria.

En el libro enfoco la cuestión de los refugiados porque ahí hemos visto pisoteados todos los valores europeos. Y no es una cuestión de solidaridad, sino de derecho internacional que la UE ha aprobado en sus textos fundamentales.

P. ¿Pero hay algún país que esté acatando esta legalidad?

R. No hay ninguno, pero hay unos que lo hacen más que otros (...)
P. Usted ha escrito que hace falta "un choque eléctrico" para que Europa despierte. ¿Como cuál?

R. Creo que ahora Europa sigue existiendo únicamente y solo porque el eje franco-alemán, sigue existiendo aunque esté en crisis. Y creo que en realidad, mientras los alemanes y los franceses no se pongan de acuerdo en qué hay que hacer en el futuro, mientras no pongan sobre la mesa sus divergencias, estaremos en una crisis latente. 

El país que podía contribuir a eso era Inglaterra, pero decidió dejar el barco. El choque eléctrico sería que eso estallara de una u otra forma. Que en Francia o en Alemania llegue un Gobierno que diga: "Basta". Los franceses siempre estuvieron en contra de política de austeridad, incluso la derecha, pero la han aceptado. (...)

P. ¿Hay motivos para el optimismo?

R. Europa es muy viva políticamente. Avanzamos a base de crisis. Tendremos cada vez que plantearnos la cuestión de elegir civilización o barbarie, como sucede con los refugiados. (...)"          (Entrevista a Sami Naïr, El País, 21/09/16)
"(...) P. Denuncia, además, que en el tratado entre Alemania y Turquía se haya sustituido la palabra “refugiado” por “inmigrante”. ¿Qué implicaciones tiene esto?

R.
La diferencia es fundamental. Un inmigrante irregular puede ser expulsado —aunque desde el punto de vista esto es otro tema—, pero un refugiado pide socorro y existe la obligación legal de ayudarlo. Esto es una violación de al menos 10 documentos fundamentales.

P. Sitúa la crisis de los refugiados en un contexto de deriva moral de la Unión Europea. ¿Qué efecto tienen estas políticas sobre los valores europeos?

R. Supone un daño fundamental. Lo más desastroso es que los países de la Unión estén naturalizando ante sus poblaciones que violar los derechos es algo normal cuando la situación económica o política lo requiere. De ahí a que una parte de la población se comporte de manera peligrosa, que crezca la extrema derecha y la intolerancia, hay una línea directa. Objetivamente, la Unión Europea está legitimando el discurso del odio.  (...)

P. ¿Qué filosofía ve detrás de esta política migratoria? R. La idea era que podemos construir en Europa, protegidos por ese muro, un mundo rico y próspero. Cerrar un territorio, como quiere hacer ahora Trump, es una utopía negativa: no solo es malo, sino que es imposible. Además, aquí no se ha conseguido crear ese mundo rico, porque el desarrollo de Europa ha supuesto una destrucción de los acervos sociales. Sí se ha conseguido, en cambio, una polarización del continente: unos países que se aprovechan de esta situación, como Alemania, y otros que sufren enormemente.

P. Y defiende que ese muro no funcionó.

R
. No. A partir del momento en que ponen en pie el Muro de Schengen, los flujos migratorios crecieron, y con ellos las mafias organizadas. El sistema europeo consiste en que los estados gestionen la legalidad dejando a las mafias la gestión de las ilegalidades. Claro, que esto no funciona así con los capitales, de los que se acepta que la circulación sea mundial. Los europeos han pensado que podían protegerse del sur, pero el sur está dentro de Europa.  (...)

R. Porque hay una contradicción fundamental en la Unión Europea, que no puede ser fiel a sus valores fundamentales con el sistema económico que ha adoptado. No podemos decir a los Gobiernos que respeten los criterios de Maastricht —menos del 3% de déficit, menos del 90% de deuda pública y menos del 2% de inflación; lo que significa recortes, recortes y recortes— y pregonar la importancia de los valores. El sistema económico destruye el sistema de valores, esa política ahoga la solidaridad.

P. Usted propone crear un “pasaporte de tránsito” para que los refugiados puedan moverse libremente por Europa. ¿Esa idea cabe dentro de las leyes europeas?

R
. De hecho, legalmente no es una innovación. Existe. El Parlamento Europeo ha avanzado la idea de un visado humanitario, cosa que apoyo, aunque depende del primer país de acogida y de los países que quieran otorgarlo. Además no es vinculante, como todas las decisiones del Parlamento Europeo, el único del mundo que no hace leyes.

P. ¿Existe algún precedente de lo que usted propone?

R
. Esta idea no me la he inventado yo, sino el explorador Fridtjof Nansen, Premio Nobel por su defensa de las víctimas de la I Guerra Mundial, que había cambiado las fronteras de los estados y provocado un gran número de desplazados.
Él propuso otorgar a esa gente un documento que les permitiera viajar por todo el continente. Se llamó pasaporte Nansen y se nombra en Convención de la ONU de 1951. Mi idea tiene que ver con eso, y sería un documento adoptado por la Comunidad Europea y por la Unión.  (...)

P. Cierra el libro con un capítulo titulado “La esperanza siempre vuelve”. ¿A qué se debe este optimismo?

P
. Hay refugiados en Turquía, en Hungría, en República Checa. Miles y miles y miles de personas. ¿Van a quedarse encerrados ahí toda su vida? ¿Vamos a expulsar a todos a un país en conflicto? Va a llegar un momento, muy pronto, en que habrá que liberar a esa gente, no hay otra opción. Confío en la fuerza de la realidad."                 (Entrevista a Sami Nair, Info Libre, en  Rebelión, 22/09/16)

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