26.10.16

Se esperan al menos cuatro años más de un Estado represivo e insensible a las necesidades populares, con el apoyo de Ciudadanos y las derechas nacionalistas. Ha sido, una vez más, la victoria de los de siempre. ¿Qué hacer? Ayudar a las bases del PSOE a rebelarse...

"(...) la Gran Recesión, que fue presentada por el establishment político-mediático del país, incluyendo el gobierno del PSOE, como resultado de un supuestamente excesivo gasto público y unos costes laborales muy elevados.

 De esta lectura (profundamente errónea, pues en el inicio de la Gran Recesión el Estado español estaba en superávit, no en déficit, y los salarios por aquel entonces estaban entre los más bajos de la UE-15) salieron las políticas de recortes del gasto público social que han empobrecido enormemente el Estado del Bienestar español, y las reformas laborales que tenían como objetivo bajar los salarios a base de desregular el mercado de trabajo. 

En realidad, no era el inexistente crecimiento exagerado del gasto público, sino los limitadísimos ingresos a las arcas del Estado, lo que creó el déficit público. 

El Presidente Zapatero, del PSOE, congeló las pensiones públicas para rellenar el agujero de 1.200 millones de euros que había causado la rebaja del impuesto de patrimonio (2.100 millones) y/o la bajada del de sucesiones (2.552 millones), entre otros, siguiendo su famoso dicho de que “bajar impuestos es de izquierdas” (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica al pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

Ni que decir tiene que la aplicación de tales políticas causó un gran descenso del apoyo electoral del PSOE (no solo en las elecciones generales, sino también en las autonómicas -incluyendo en Andalucía, presidida por la Sra. Susana Díaz-) que ha continuado en la medida en que no ha habido ni un cambio de orientación política ni una autocrítica en tal partido. 

En realidad, en Andalucía el PSOE nunca había conseguido un porcentaje de votos más bajo en unas elecciones autonómicas que con la Sra. Díaz (en las elecciones autonómicas de 2015 Susana Díaz obtuvo el 35,43% de los votos; el PSOE había registrado hasta entonces su mínimo histórico en las elecciones de 1994, con un 38,71% de los votos).

¿Por qué el PSOE ha ido realizando tales políticas neoliberales?

Para contestar esta pregunta hay que entender que este fenómeno de descenso electoral del partido socialdemócrata, aunque particularmente acentuado en España, ocurre en la mayoría de países de la UE-15. Y una causa importante es la evolución de los aparatos de estos partidos. 

El análisis de la composición de tales aparatos muestra un gran dominio de estos por parte de profesionales con educación superior, incluyendo universitaria, que han desarrollado una relación intensa con las empresas financieras, económicas y mediáticas que ejercen una enorme influencia sobre los Estados, estableciéndose así puertas giratorias entre instituciones financieras, económicas y mediáticas por un lado, e instituciones políticas por el otro.

Como bien alertaba ya el gran politólogo Ralph Miliband en su libro Parliamentary Socialism, esta nueva clase (algunos utilizan el término “casta”) política había desarrollado una serie de privilegios, y asumía que la clase trabajadora estaba o bien desapareciendo, o se estaba transformando en las clases medias, a las que ellos consideraban representar, y cuya función era votarles cada cuatro años.

Su poder dejaba de depender de los militantes (a los que se consideraba como agentes pasivos que aprobaban lo que la dirección quería), desaconsejando el rol de la militancia dentro del proceso de decisión, y enfatizando, en su lugar, su sustitución por la movilización mediática realizada a través de los medios televisivos y radiofónicos. 

La militancia de tales partidos disminuyó como consecuencia, limitándose esta a aquellos que estaban en situación de aprendizaje, para pasar a tener con posterioridad cargos en el aparato y/o en las instituciones representativas.

Y los datos muestran la consecuencia de estos hechos. El electorado socialista y los militantes de tales partidos han ido descendiendo. La prensa digital progresista ha documentado extensamente la conexión entre el aparato del PSOE y los intereses financieros, económicos y mediáticos.

 El último ejemplo de ello es el nombramiento de Rubalcaba, el ex secretario general del PSOE y sucesor de Zapatero, y ligado al felipismo, como miembro del consejo editorial de El País (consejo al cual pertenece también Felipe González), rotativo que se ha destacado por su defensa del neoliberalismo y su hostilidad hacia el cambio.

¿Qué ha pasado en las elecciones del 2015 y del 2016?

El PSOE estaba dividido desde el principio del proceso electoral entre la vieja guardia, que controlaba el aparato y que deseaba continuar con el bipartidismo, por un lado, y la militancia, que deseaba una coalición de izquierdas, por el otro. 

Y en medio estaba Pedro Sánchez, que habiendo sido elegido por la militancia estaba muy limitado por el aparato, que confabulaba contra él. Fue precisamente por tal influencia que Pedro Sánchez nunca respondió a la propuesta de Podemos en 2015, y de Unidos Podemos en 2016, de hacer un pacto que estableciera una coalición y buscara más apoyos a partir de esta coalición.

 La vieja guardia nunca aceptó esta posibilidad, que hubiera permitido sacar a Rajoy y a su partido del gobierno y establecer un nuevo gobierno liderado por las izquierdas. Ahora bien, Pedro Sánchez, en lugar de ser sensible, tras las elecciones del 2015, a esta propuesta, se alió primero con Ciudadanos a través de un pacto, para luego invitar a Podemos en una situación subalterna.

En el 2016 Pedro Sánchez nunca ha respondido a las peticiones de Unidos Podemos para explorar la posibilidad de establecer un gobierno alternativo, que siempre ha existido, pero siempre se ha ignorado cuando no ocultado (con la gran colaboración de los medios, liderados por El País, cuyo grado de manipulación ha alcanzado los niveles de La Razón). 

Pero el aparato del PSOE (dirigido por los barones) se ha opuesto por todos los medios a ello, pues siempre prefirió la continuación del bipartidismo, que pasa por el apoyo al PP en la investidura, a abrir una posibilidad de gobierno en la que esté Podemos. Y han depuesto a Sánchez, que había visto, por fin, que la única opción era crear una alternativa basada en una coalición con Podemos. 

Puesto que Ciudadanos siempre prefirió una alianza con Rajoy, no le quedaba otro remedio que explorar la alternativa que había sugerido Unidos Podemos de conseguir alianzas con los partidos nacionalistas.  (...)

Expulsado el secretario general, Pedro Sánchez, se ha nombrado presidente de la gestora al presidente de Asturias, el Sr. Javier Fernández, próximo a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Susana Díaz (...)

La aceptación de Pedro Sánchez de la exigencia de Susana Díaz de que se votara a mano alzada (sin voto secreto) fue el síntoma de que el aparato había ganado, pues la mayoría de miembros del Comité Federal son funcionarios que ocupan cargos que dependen de los barones. Fue el triunfo del aparato frente a la militancia. 

Leyendo El País y sus editoriales, y escuchando a García Ferreras (próximo a Zapatero) en La Sexta cubriendo la jornada, puede verse el contubernio político-mediático movilizado para destruir a Pedro Sánchez.  (...)

Consecuencias para las izquierdas

Lo ocurrido el sábado es enormemente negativo para las izquierdas en España y para el bienestar de las clases populares, ya que facilitará la permanencia en el poder del partido más reaccionario que existe en España, expandiendo todavía más su plan económico y financiero neoliberal, y su ultraderechismo reaccionario. 

Se esperan al menos cuatro años más de un Estado represivo e insensible a las necesidades populares, Estado que continuará dominado por el bipartidismo, con el apoyo de Ciudadanos y las derechas nacionalistas. Ha sido, una vez más, la victoria de los de siempre.

 Frente a esta situación se necesita una amplia coalición y movilización de todas las fuerzas progresistas que confronte las políticas del gobierno Rajoy y sus aliados, tanto a través de la agitación social (más necesaria que nunca) como a través de la lucha parlamentaria, ayudando a la vez a las bases del PSOE a rebelarse (...)"              

(Artículo publicado por Vicenç Navarro en la columna “Pensamiento Crítico” en el diario PÚBLICO, 5 de octubre de 2016, en www.vnavarro.org, 05/10/16)

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