Fátima y sus dos hijas, ayer, a la puerta de su domicilio, antes de que se llevara a acabo el desahucio. / PAH de Parla
"Fátima, con dos hijas pequeñas y víctima de violencia de género, fue
desahuciada ayer en Parla en una intervención policial que la Plataforma
de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha calificado de “violenta y
desproporcionada”.
Decenas de activistas se concentraron frente a la
vivienda de la familia para tratar de impedir un desalojo que se saldó
con seis personas heridas. La joven, de 26 años y sin alternativa
habitacional, ha dormido un hotel que el Ayuntamiento de Parla se ofrece
a pagarle hasta el martes, pero denuncia a cuartopoder.es el abandono total de unas instituciones que no le ofrecen “ninguna solución” para más adelante.
La
joven alquiló el pasado mes de septiembre la vivienda de la que ha sido
desalojada a los propietarios, quienes se encontraban en un
procedimiento de ejecución hipotecaria con Bankia. “A las dos semanas me
vino el primer desahucio, pero como sabía que me iban a querer echar
decidí intentar quedarme en la casa”, relata Fátima, que desde entonces
ha intentado negociar un alquiler social de 100 euros que el banco le ha
negado.
Tampoco ha obtenido respaldo del Ayuntamiento de Parla y, más
allá, denuncia que los servicios sociales le advirtieron de que podrían
apartarla de sus hijas. “Decían que me quitaban a las niñas si no tenían
donde dormir y unas buenas condiciones económicas”, cuenta.
Fátima además ha sido víctima de violencia machista con dos parejas
diferentes. Primero en España y después en Bélgica, donde residió
durante cinco años. A finales de 2015 regresó a Parla, donde había
vivido previamente.
“Cuando vine huyendo del maltrato lo primero que
hice fue ir a denunciar, pero me dijeron que los hechos habían sido en
otro país, aunque yo también he recibido maltrato aquí. No me hicieron
ni caso. Los servicios sociales me dijeron que no me iban a ayudar
porque no tenía empadronamiento en Parla”, explica.
Ayer, la joven
sufrió un ataque de ansiedad después del desahucio, que se efectuó
cuando sus dos hijas de siete y cinco años se encontraban en el colegio.
Hoy Fátima se muestra poco optimista con las instituciones. “El
Ayuntamiento de Parla se lava las manos. No me han ofrecido una solución
hasta ahora y yo sé que no me la van a ofrecer”, augura. (...)
Con los gritos de “vais a dejar a unas niñas en la calle” o “vergüenza
me daría ser policía”, los activistas formaron una barrera frente a la
vivienda hasta que las autoridades comenzaron a “agarrar” a algunos de
ellos. De las seis personas heridas, “una mujer resultó lesionada con
una brecha en la cabeza, otra persona fue golpeada en la espalda y otra
quedó con la pierna totalmente amoratada”, relata San Pastor. (...)" (Cuarto poder, 17/02/17)
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