27.4.17

Esperanza Aguirre construyó el aparato del PP gracias a la enorme capacidad hegemónica basada en precisas redes clientelares y en el favor de la oligarquía regional

"(...) Madrid y el Partido Popular de Madrid sólo pudieron ganar su posición gracias a un hecho: la construcción de un aparato de partido de enorme capacidad hegemónica basado en precisas redes clientelares y en el favor de la oligarquía regional. 

Resulta poco creíble que una trama dirigida a fortalecer las estructuras del partido y a sus máximos dirigentes sólo tuviese que ver con el lucro personal. 

Bárcenas, Gürtel, Púnica o la reciente Operación Lezo descubren la relación entre diversos entramados empresariales y el reforzamiento –vía caja B– de las campañas, las estructuras y los líderes del Partido.

La magnitud de estas alianzas político-empresariales se deja entrever en la función que desempeñaron entidades como Caja Madrid/Bankia y el Canal de Isabel II. Ambas fueron utilizadas como motores financieros de estas tramas y como cajas repartidoras de dividendos y prebendas. Siempre el suelo, el patrimonio y el presupuesto público en provecho del beneficio privado. 

 El dinero circulaba sin muchos obstáculos: empresas públicas y privadas hacían su trabajo, al tiempo que se producía el enriquecimientos desmesurado de algunos, soportado en la estructura política que hacía posible el engranaje. 

El sistema llegó a funcionar tan bien que –tal y como sucedió en el caso de Caja Madrid– que también engordó las cuentas de importantes miembros de los partidos de la oposición y de los grandes sindicatos. Nada podía fallar.

Era imposible que tantos favores públicos en forma de autovías, servicios sanitarios o prebendas inmobiliarias se produjesen a cambio de nada. De hecho el Tamayazo fue un simple aviso de que –por debajo de la ley–, en Madrid se cocinaba con políticas de corrupción, lo que a la luz pública salía como ventas de patrimonio público, privatizaciones, etc. El Partido Popular, parte ya de la oligarquía madrileña, tenía forma de corte versallesca.

Sucesiones Cifu S.L.

Las consecuencias de este orgía de corrupción y nepotismo, alimentada por la mercantilización de los servicios y las instituciones públicas madrileñas, han sido tan grandes, que cuando se han empezado a destapar, se han llevado por delante a casi dos generaciones de políticos madrileños del PP.

 De hecho, la pirámide se derrumbó de forma inversa. Primero cayeron los jóvenes cachorros del aguirrismo, con Fernández Lasquetty y Lucía Fígar. Más tarde sus mentores Francisco Granados, Ignacio González y Esperanza Aguirre.

Las dimensiones de esta trama, nos ensañan algo importante: la corrupción se inscribe dentro de un plan político que va más allá de los nombres concretos. La corrupción cumple una función política concreta, genera redes clientelares y estructuras políticas asociadas a un particular modelo económico. Este se basa principalmente en  la privatización de bienes públicos y en el uso intensivo y especulativo del suelo de nuestra región.  (...)"                (Pablo Carmona Pascual, Socialismo21, 25/04/17)

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