"(...) La candidatura de Emmanuel Macron destaca por su ambigüedad,
ya que este se declara “de izquierdas y de derechas”. ¿Pero en qué
consiste su visión de la economía?
Cuando alguien dice que hay que trabajar más, abrir las tiendas los
domingos, flexibilizar el mercado laboral… no es de izquierdas. Es un
liberal. Macron defiende el mismo programa de austeridad que se ha
aplicado en los países del sur de Europa. No hace una promoción tan
intensa de estas medidas como François Fillon (derecha republicana),
pero sigue la misma tendencia.
En Introduction inquiète à la Macron-Économie
aseguran que en el discurso de Macron “hay una persistencia de lo viejo
sobre lo nuevo”. ¿Qué quieren decir con esta afirmación?
Macron tiene 39 años, forma parte de una nueva generación en política.
Pero defiende ideas como que no hay que reducir los vehículos diésel en
Francia, aunque haya 48.000 muertes al año que están vinculadas a la
contaminación provocada por ellos.
Macron también dice que quiere
reformar el estatus de los funcionarios. Esto es el discurso de un
viejo. Si cerramos los ojos y escuchamos sólo lo que dice, se trata de
Nicolas Sarkozy o cualquier otro político conservador francés de los
últimos veinte años. (...)
Pero, según Macron, el problema es que en Francia las
reformas se han aprobado de forma más tardía y han resultado menos
ambiciosas.
En países como España, se han aprobado numerosas reformas
estructurales y se ha exigido un gran esfuerzo a la población. ¿Cuáles
han sido los resultados? El paro se ha reducido del 26% a cerca del 20%.
Con unos niveles de desempleo extremadamente elevados para los jóvenes.
Si en Francia aplicáramos las mismas reformas, tendríamos los mismos
resultados.
Si nos fijamos en el Reino Unido, estos tienen un mercado
laboral muy flexible y unos niveles de desempleo muy bajos. Pero hay un
gran número de trabajadores pobres. Estos votaron a favor del Brexit.
Lo mismo sucedió en Estados Unidos con la victoria de Donald Trump. Si
al final Macron consigue aplicar sus políticas, estas representarán un
bulevar para que Marine Le Pen gane en las elecciones presidenciales de
2022.
Para el exministro de Economía, el escaso dinamismo de la
economía francesa se debe en gran parte a “su voluntad de igualdad, que
se ha convertido en un igualitarismo celoso”. ¿Es esto cierto?
Resulta sorprendente que Macron hable de un igualitarismo celoso en
Francia mientras que las desigualdades han aumentado con una gran
intensidad desde 1990. Cuando el 10% de los franceses más ricos posee el
50% del patrimonio. Cuando el 40% de los franceses menos ricos
prácticamente no posee nada. (...)
Según el candidato de En Marche!, “si él estuviera en el
paro, no lo esperaría todo del otro”. ¿Por qué Macron considera el hecho
de estar en el paro como una responsabilidad individual?
Cuando en Francia el paro se ha incrementado en 1,5 millones de
personas desde 2008, ¿podemos decir que esto se debe a una cuestión
individual? ¿Esto significa que en Francia hay una epidemia de pereza?
Si el paro ha aumentado enormemente es porque no hay crecimiento
económico.
La realidad nos muestra que la persona más vaga podría
encontrar un puesto de trabajo en una fase de crecimiento. En cambio,
una persona muy espabilada puede no hallar un empleo en un periodo en el
que no hay crecimiento. El individuo no puede sublevarse en contra del
ciclo económico. Macron dice que, si él estuviera en el paro, no
esperaría nada del otro.
Pero si el otro es el ministro de Economía, el
parado debe esperarlo todo, porque las políticas económicas influyen en
que los niveles de desempleo sean más o menos elevados. Como exministro,
Macron es corresponsable de los 500.000 parados más que hay en Francia
respecto de 2012.
Pero la visión neoliberal de Macron parece estar calando en
la sociedad francesa. Cada vez más franceses trabajan como autónomos o
crean su propia empresa para progresar en el mercado laboral.
Los autónomos o los autoempresarios han progresado al mismo tiempo
que el paro de masas. Muchas personas deciden convertirse en
autoempresarios porque no encuentran nada mejor. Hay casi un millón de
franceses que se han convertido en autoempresarios durante estos últimos
años. Pero sólo el 56% de ellos declara su facturación. Esto significa
que el 44% de los autoempresarios no gana prácticamente nada. (...)
Para combatir el paro, se pueden crear empleos o luchar en contra del
estatus de los desempleados. Macron defiende esta última vía, que ya
siguen países como Estados Unidos o el Reino Unido. Para reducir el
paro, uno hace que sea muy difícil ser un parado y esto permite reducir
los niveles de desempleo sin crear ocupación.
Además de reivindicar el trabajo autónomo, Macron aspira a
recuperar el crecimiento económico a través de un plan de inversiones
estratégicas de 50.000 millones de euros. ¿Se trata de un plan
ambicioso?
Macron propone invertir 50.000 millones de euros durante cinco años,
pero también quiere recortar el gasto público 60.000 millones. Se trata
claramente de la austeridad. Quiere invertir sólo 15.000 millones en la
transición energética durante su quinquenio, esto representa sólo 3.000
millones cada año. Nos encontramos muy lejos de lo que la economía
francesa necesita.
Ahora que los tipos de interés son muy bajos en
Europa, los organismos internacionales, como la OCDE, piden una mayor
inversión pública para relanzar la economía. Pero Macron quiere reducir
el gasto público en 10.000 millones. Lo que afectará al número de funcionarios o a su salario. (...)
Pero según el candidato centrista, el motivo principal de la
falta de competitividad de las empresas francesas en los nuevos sectores
es el escaso espíritu emprendedor de su sociedad.
Macron cree que son los empresarios los que innovan, pero los
empresarios innovan muy poco. Por ejemplo, ¿quién inventó Internet? Fue
la Administración estatal norteamericana, que inventó Arpanet a
principios de los años setenta.
Una vez se ha inventado Internet y el
GPS, entonces llegan los emprendedores y desarrollan un smartphone.
Todas las grandes invenciones suelen provenir del Estado, porque los
empresarios no quieren invertir en la fase inicial de la cadena de
innovación. Incluso el emprendedor Elon Musk, el propietario de la
compañía de vehículos eléctricos Tesla, al que Macron admira, ha
recibido subvenciones públicas por un valor de 4.900 millones de
dólares.
Es una cifra superior a lo que Macron pretende invertir para el
conjunto de Francia en materia de transición energética. Hace falta en
Francia un jefe del Estado que decida invertir en los sectores del
futuro, como las energías renovables, la transición energética o los
trenes de alta velocidad.
A pesar de defender un programa económico liberal y favorable
a la austeridad, Macron parecer situarse todavía como el favorito para
convertirse en el próximo presidente francés. ¿Cómo explica el fenómeno
Macron?
Macron representa una nueva cara en el paisaje político francés. Esto
gusta a la gente. Además, sabe comunicar y está rodeado por un equipo
de comunicadores bastante impresionante. Me parece que es un personaje
sintomático de la época actual, donde lo único que cuenta es la forma y
el fondo resulta mucho menos importante. Macron consiguió alcanzar un
20% en intención de voto a finales de febrero sin haber presentado su
programa.
Lo hizo (a principios de marzo) después de conocerse a los
ganadores de las primarias de la derecha y el Partido Socialista, ya que
así podía adaptarlo en función de sus rivales. Macron estuvo durante
cuatro años en el poder, pero la comunicación ha conseguido que esto no
pese en el debate político. (...)
Según los estudios de opinión, buena parte de los antiguos
votantes socialistas tienen una opinión positiva sobre el programa
económico de Macron, aunque este cuestiona pilares del modelo social
francés, como el funcionariado o las 35 horas de trabajo semanal. ¿Cómo
puede ser?
Los servicios públicos en Francia han sido muy criticados durante los
últimos veinte años. En la cabeza de mucha gente, un funcionario es un
inútil y los servicios públicos no sirven para nada. La palabra reforma
ahora tiene una connotación conservadora. Cuando uno defiende que hay
que pasar a las 32 horas de trabajo semanal, promover la transición
energética y defender una renta básica universal, los otros dicen que
estas propuestas son irreales.
Este ha sido el gran logro de los
liberales. Han hecho creer a la gente que defender otro modelo de
sociedad resulta utópico y destruir el modelo social es la modernidad.
Macron es el último engranaje de un sistema que dice que trabajar el
domingo y tener tres empleos es la modernidad." (Enric Bonet, CTXT, 17/04/17)
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