22.9.17

¿Son los valores europeos que justificaron hundir a Grecia para pagar a sus deudores alemanes superiores a los del resto del mundo? Excluido Trump...

"(...) Pero ya no somos racistas. En nombre de la raza se aniquiló a millones de personas en la Segunda Guerra Mundial. Muchas de ellas europeas. El racismo mató a millones de blancos en manos de otros blancos. Fue así como se volvió inadmisible. 

(...) desde los setenta va tomando forma en algunos países la idea de que la presencia de ciudadanos venidos de las antiguas colonias amenaza a la identidad nacional. La alteridad, que ya no puede ser conceptualizada como raza, necesita de otro envoltorio. Emerge la cultura. (...)

Ya en los noventa la antropóloga Verena Stolcke hablaría del “fundamentalismo cultural” como la nueva retórica de la exclusión de la derecha. Una retórica que “entiende la cultura como algo compacto, estático, inalterable y homogéneo.”  (...)

Aquí hay dos opuestos, los nacionales y los extranjeros. Nosotros y los otros. Aquí, la cultura, sirve para dos cosas: potenciar el conflicto hacia afuera e invisibilizar las disidencias internas.  (...)

Este concepto esencialista de cultura se reprodujo también, hasta cierto punto, en el discurso pro diversidad cultural de la izquierda. Aludiendo a los derechos culturales, a los particularismos, se avalan relaciones de opresión históricas, se legitima como interlocutores a quienes, sin la excusa cultural, serían antagonistas.

 Hablamos con un imam antes que con un referente de la sociedad civil. En algunos discursos progresistas, al asumir el pack multicultural construido sobre esa idea de culturas compactas, ahistóricas, plácidas, se contribuyó a invisibilizar las tensiones internas dentro de las comunidades, las distintas interpretaciones de las culturas.(...)

 La retórica de la exclusión de la derecha nos dice que el desafío reside en conservar nuestra identidad. Que si preservamos a Occidente de la barbarie, abrazaremos de nuevo el progreso. Otro antropólogo, Talal Asad, se propuso deconstruir qué significa ser europeos para aquellos que se reivindican como tales frente a las personas de origen inmigrante. 

A grandes rasgos, concluyó que la identidad europea se define en oposición a otros, principalmente el islam, que es una amenaza externa e interna al mismo tiempo. Europa como civilización y el islam como barbarie, ese es el diagnóstico simple que nos venden las derechas europeas. 

Pero para que esa visión sea coherente hay que elegir bien adónde se mira: se requiere mirar a la Ilustración, el iluminismo, los derechos humanos, la democracia. Sin embargo, la esclavitud, el colonialismo, la caza de brujas y la inquisición, el holocausto, todo esto, ¿no formaría parte de la identidad europea?

 No hace falta irse tan lejos ni tan a la derecha. También en la retórica de la izquierda, en inteligentes y bien documentados artículos y análisis sobre el terrorismo, se apela a la necesidad de aferrarnos a “nuestros valores.” ¿Cuáles son nuestros valores? Son los de Trump, los de los supremacistas blancos, los del Frente Nacional, los de Intereconomía. 

¿Son los valores que permiten que se ahoguen miles de personas en el Mediterráneo? ¿Son los mismos valores europeos que justificaron hundir a Grecia para pagar a sus deudores? ¿Son los valores que respiran bajo los comentarios machistas y racistas en los diarios? (...)"              (Sarah Babiker, CTXT, 20/09/17)

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