"En nuestro país nada cambia, sigue la inercia de la dinámica que se
inició con la excusa de la Gran Recesión. Todo a peor. Nos metieron la
mano en el bolsillo y algunos no se dieron ni cuenta. Pero es que esa
mano aún sigue hurgando en nuestros bolsillos. (...)
Se mantienen e incluso se mejoran los privilegios de los de siempre,
base de una desigualdad creciente. Lo último, el coste del rescate
bancario y la genuflexión ante un sector cuya concentración promete
darnos tardes épicas y trágicas; lo penúltimo, el rescate a otros
sectores privados; lo antepenúltimo, el recibo de la luz o como los
grandes rentistas de nuestro país, monopolios y oligopolios varios, nos
sorben la renta. Y detrás, el apoyo inquebrantable del brazo político
del régimen. Pero no se engañen, tiene pies de barro, y caerá.
Sin embargo, de repente, boom, las notas de distracción del Barroco se
transforman en nubarrones oscuros, capaces de activar un proceso de
autodestrucción patrio. Y surgen así rasgos característicos de un
realismo sombrío, trágico, negro.
Nos referimos al “procés” o como las
élites de Cataluña, a partir de unos agravios económicos inventados (de
ello ya hablaremos en otro blog), con la inestimable colaboración del
actual partido en el gobierno de España, que nunca ha dudado en usar de
manera irresponsable el tema catalán para sacar votos en el resto de
nuestro país, inicia una huida hacia adelante en toda regla.
Y para ello
no duda en activar los sentimientos identitarios presentes en una parte
de la población catalana. Sin embargo, no se engañen, el olor a
nauseabundo entre estas élites catalanas es exactamente de la misma
intensidad del que emana de las alcantarillas del poder en el resto de
España. El ADN es el mismo.
Pero en su huida hacia adelante no dudan en arrastrar, ya no solo a sus
conciudadanos catalanes sino también al resto de la ciudadanía patria.
Trágico. Si quieren un referéndum, deberá ser pactado, dentro de la ley,
para lo cual es necesario un cambio constitucional que deberán avalar
todos los españoles. Si hubiera mujeres y hombres justos y valientes en
los respectivos ejecutivos y legislativos lo que tocaría es un proceso
constituyente que cambiaran todos los vicios engendrados en las últimas
décadas por un Totalitarismo Invertido patrio asfixiante.
Sin duda esa
refundación del Estado debe modificar las manipulaciones y engaños
presentes en ciertos relatos, desde la historia de aquí y allá, hasta
los cálculos de las balanzas fiscales por parte de los independentistas
catalanes, o del PIB español o de lo que nos costará definitivamente el
rescate bancario.
En el trasfondo de todo, el problema de Cataluña y del resto de España
es el de una desigualdad profundamente desestabilizadora,
autodestructiva, que no deja de aumentar aquí y allá. Las desigualdades
son fruto de ciertos privilegios que aportan beneficios, riqueza y
poder. Esos privilegios se han ganado en base a favores, a la actuación
de lobbies, de rentistas, con la connivencia del entramado
institucional. (...)
Como me comenta un buen amigo, lector de este blog “Los problemas que
afectan a la clase trabajadora tanto en Cataluña como en el resto de
España, derivan de un injusto sistema económico basado en la
especulación y el control de vastos sectores de la economía por
oligopolios, como los bancos, y monopolios como las eléctricas y otros,
así como por un sistema fiscal que castiga a los productores de riqueza y
premia a los que viven del trabajo ajeno y se apropian de la plusvalía
del suelo creada por el progreso social, violando la letra y el espíritu
de nuestra Constitución.
La única forma de mejorar la situación de los
que viven de su trabajo, tanto en Cataluña como en el resto de España,
es modificando este sistema. No se logrará con la independencia de
Cataluña ni con la retórica de quienes la promueven distrayendo al
pueblo de las verdaderas soluciones que pueden conducir a su liberación y
malgastando tiempo y energías sin atacar la verdadera raíz de los
problemas”. (...)
Una vez terminada la resolución del “procés”,
esperemos que sin grandes sobresaltos, aquellos que aspiren a dirigir la
España democrática, incluida Cataluña, tienen la obligación de someter a
la consideración del pueblo español sus proyectos para refundar el
Estado. No queda otra.
Mientras tanto todo
sigue igual. Hemos conocido la enésima broma de quienes nos
desgobiernan. EL rescate bancario que no nos iba a costar nada, para
empezar abrir la boca, al menos 100.000 millones de euros a costa de los
contribuyente (acabarán siendo muchos más)." (Juan Laborda , Vox Populi, 14/09/17)
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