"(...) el profesor australiano Bill Mitchell, que acaba de publicar junto al italiano Thomas Fazi Reclaiming the State,
una llamada a la recuperación de las políticas económicas estatales
como base para democratizar una sociedad que continúa el proceso
involutivo impulsado por la globalización neoliberal. Mitchell es uno de
los impulsores de la Teoría Monetaria Moderna.
El futuro de España sigue siendo sombrío. ¿Cómo pueden afectarnos los cambios parlamentarios en Alemania?
España ha disfrutado estos últimos años de la posibilidad de mantener
un déficit público por encima del límite establecido por el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento. La troika hizo la vista gorda para evitar que
se castigara en las últimas elecciones al Partido Popular por las
políticas de austeridad aplicadas. Por eso España ha crecido
últimamente. (...)
El peligro para Europa llegará verdaderamente cuando, como es
probable, Jens Weidmann sustituya a Mario Draghi en la presidencia del
Banco Central Europeo (BCE). Draghi representa el pragmatismo; con él,
el BCE ha actuado fundamentalmente como un agente fiscal, manteniendo el
barco del euro a flote.
Pero Weidmann está mucho más ideologizado y
podría poner fin a la Expansión Cuantitativa (QE, por sus siglas en
inglés: Quantitative Easing). De hecho, si analizamos los mayores
factores de riesgo, podríamos concluir que este es, sin duda, el mayor
de ellos.
El final del QE para un país como España sería letal, solo hace falta recordar el período 2010-2012…
En cuanto Bruselas se ponga dura con España y fuerce de nuevo la puesta
en marcha de las políticas de austeridad, España será historia y volverá
a recorrer esa espiral infernal en la que se encuentra ahora Grecia.
Todos los países que han sobrevivido lo han hecho gracias al mencionado
QE, financiando los déficits por la puerta de atrás.
Si Bruselas se pone
exigente de nuevo, España volverá a la situación del 2010, a otro ciclo
de crisis que tendrá que enfrentar mucho más debilitada de lo que lo
estaba por entonces, ya que todavía no se ha recuperado de la anterior.
Autores como usted abogan por una salida del euro. En España
hay mucho miedo en este sentido: se recuerdan los años setenta y
ochenta, con tasas altísimas de inflación y se argumenta, además, que la
dictadura franquista nos sumió en un enorme atraso. Nadie quiere volver
a los años cincuenta…
La historia y la cultura son extremadamente importantes, es verdad.
Piensa en Grecia, que fue una dictadura militar y para la que el pasado
genera también mucho miedo. Pero la inflación de los años setenta, que
fue mundial, no tuvo nada que ver con eso, ni con el pasado dictatorial
de España, ni con un exceso de déficits, sino con el incremento de los
precios del petróleo por la OPEP; de hecho, se trató del primer shock de oferta vivido en el mundo.
Fíjate en todos los países que en estos momentos mantienen déficits
importantes porque cuentan con la posibilidad de emitir su propia
moneda: ¿ves que alguno de ellos tenga unos niveles dramáticos de
inflación? Cada país tiene su pasado bien interiorizado, y de la gente
depende que dicho pasado no se repita, pero la idea de la soberanía
monetaria no tiene nada que ver con eso.
Pero otorgar a los políticos la capacidad de crear dinero podría ser peligroso en términos económicos…
Sin duda, se trata de una posición frecuentemente expresada: “No
puedes confiar en tus políticos”. ¡Pero sí confiasteis en ellos para
poner en marcha las políticas de austeridad! Y ya habéis visto los
resultados… Creo que la calidad de los políticos es un reflejo del nivel
de implicación de los ciudadanos en la política.
La ciudadanía ha de
forzarles a que cumplan la ley. Y España puede hacerlo: se trata de un
país con unos niveles de educación relativamente elevados, nada que ver
con el país pobre que fue en los años cincuenta, sesenta y setenta.
¿Realmente podemos imaginarnos una dictadura militar ahora mismo en
España? (...)" (Entrevista a Bill Mitchel, CTXT, 11/10/17)
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